Marta Palau. Tránsitos de Naualli

  • Arte
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
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Time Out dice

4 de 5 estrellas

La sala Diego Rivera del Palacio de Bellas Artes huele distinto. Hay una energía depurada, como cuando uno sale al campo y se respira otro aire. Se percibe el olor a tierra, el retorno a las raíces. Es el efecto de las piezas de Marta Palau, artista de origen español que llegó a México a los seis años como refugiada de la guerra civil. Su trabajo llega por tercera ocasión a este recinto, dominado por artistas masculinos.

Naualli significa en náhuatl mujer protectora, hechicera; o bien, mujer de intuición y poder. Ese espíritu es el eje de la muestra Tránsitos de Naualli, que consta de 31 obras hechas a base de materiales orgánicos, que van desde piezas recientes hasta las que se remontan a la década de 1970. Sin embargo, no es una exposición retrospectiva ni cronológica, ya que el criterio de selección tuvo más que ver con la relación del espacio en Bellas Artes, de acuerdo con el curador Jorge Reynoso.

También se eligieron las obras de acuerdo a temas importantes para la artista, ganadora del Premio Nacional de Ciencias y Artes 2010, tales como la relación con la tierra, la migración, el movimiento, el pensamiento mágico y lo femenino.

“El tema de la mujer se refiere a la identidad como un poder transformador, gestador de vida y creativo por naturaleza”, dice Reynoso.

Es evidente la fascinación por las fibras como elemento de creación y materia prima, así como el reconocimiento al trabajo manual de las mujeres, históricamente asociadas a la fabricación de tejidos, cerámica y esculturas.

La instalación Nómadas II es una inmersión automática al universo de Palau. Ahí están los pies de barro en diferentes dimensiones, como símbolos de viaje y de tránsito; y detrás, una serie de pinturas inspiradas en el arte rupestre de Baja California.

El recorrido inicia con algunas obras relacionadas con lo femenino, como Naualli gestación, Lerda y una escultura que recuerda la sensualidad del artista brasileño Ernesto Neto, Cascada.

En las obras más recientes hay una preocupación de la artista por problemas sociales y políticos actuales, ligados al duelo y la tragedia. Por ejemplo, en War Games usa elementos comunes de pueblos antiguos como la diana, lanzas y arroz para hacer un comentario sobre la ocupación estadounidense en Afganistán. O aquellas en las que recuerda el contexto de los muertos al cruzar la frontera y otras muertes violentas, como en Doble muro y Petateados; en Cuatro atados de trece protesta por las muertas de Juárez.

Cuando la muestra está a punto de terminar, Palau no deja de sorprender. Naualli mano poderosa aparece como una de las piezas más representativas de la artista. Está hecha de ramas de árbol y fibras naturales. Nos recuerda el poder femenino y natural de dar vida.

“La pieza está inspirada en un objeto de oración que vincula el catolicismo con tradiciones afroamericanas, como la santería. Es la mano de la transformación y de la creación”, comenta Reynoso.

“Marta Palau tiene una raíz hondamente hundida. De ahí brota su obra y se extrae su jugo vital: sus hojas, flores y frutos vienen de las cuevas pintadas, de los desiertos junto al mar, del oasis inmediato a las costas”, es como la describe su amigo el dramaturgo Emilio Carballido en una ficha museográfica al final de la exposición.

Es una muestra que hace homenaje al poder creativo femenino y reflexiona en torno a aspectos rituales, místicos y ancestrales de los grupos humanos, en especial los mesoamericanos. Pero es sobre todo el merecido reconocimiento a una de las grandes artistas contemporáneas de México.

Detalles

Dirección
Contacto
5512 2593
Precio
$43 general, entrada libre para niños, estudiantes y adultos mayores
Horas de apertura
Mar-dom 10am-5:30pm
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