10 esculturas de Rodin que debes ver en el Museo Soumaya

Festeja el natalicio del escultor francés Auguste Rodin visitando estas esculturas que están en el recinto de Carlos Slim

Escrito por
Alfredo Vélez
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Auguste Rodin, escultor francés nacido el 12 de noviembre de 1840, se convirtió en uno de los padres de la escultura moderna porque no sólo se rigió por lo académico, sino que buscó y experimento más allá de lo clásico. Sus obras fueron el inicio de un nuevo movimiento artístico: el impresionismo. Esta corriente se caracterizó por el intento de plasmar la luz (la impresión visual) y el instante, con esto marcó un principio escultórico y revolucionario en la segunda mitad del siglo XIX en Europa.

La luz, la técnica del modelado impresionista y las alusiones literarias fueron elementos esenciales para la creación de sus obras y se ve reflejado en el vigor de las formas, el trabajo de la materia y las texturas con las que les dio acabado a sus esculturas.

Conoce más sobre el gran trabajo de Rodin, date una escapada para admirar sus piezas más importantes en el Museo Soumaya Plaza Carso, que además trae por primera vez a México La puerta del Infierno, una pieza icónica del artista.

El pensador
Foto: Alfredo Vélez

1. El pensador

Fue denominada originalmente como El poeta. Es una extracción del portal que hizo para el Museo de Artes Decorativas de París. En su origen, El pensador representaría a Dante frente a Las puertas del Infierno, encarnando el acto de meditación. El personaje se encuentra sumido en la profundidad de sus reflexiones, librando una batalla interior.

La edad de bronce
Foto: Alfredo Vélez

2. La edad de bronce

Es una de las obras más controvertidas de Rodin. “La escultura llena de vida posee una expresión tan elocuente de la belleza y un olor tan franco de humanidad”, mencionó Octave Mirbeau en el periódico La France después de ser presentada en el salón. El jurado decidió que la estatua era un simple vaciado. Fue gracias a la atención que atrajo esta obra que el escultor enseñó su maestría y obtuvo el encargo de La puerta del Infierno.

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La mano de Dios
Foto: Alfredo Vélez

3. La mano de Dios

Rodin representó a Dios con la mano derecha, símbolo de poder, fuerza, coraje y triunfo. Él declaró que cuando Dios creó al mundo, lo hizo modelando. Así que de la mano del todopoderoso, apoyada sobre una gran roca, emergen en remolino dos figuras: el primer hombre y la primera mujer en una amalgama andrógina. 

La mártir
Foto: Alfredo Vélez

4. La mártir

Es otra extracción del portal que fue hecho para el Museo de Artes Decorativas de París, este fue el volumen más reproducido por Auguste en La puerta del Infierno. La cabeza y las demás partes del cuerpo dan la impresión de estar fracturados. Según el crítico de arte Georges Grappe, el maestro trabajó en la morgue; de este modo ejecutó posiciones inverosímiles para el cuerpo humano. El cuerpo de la joven expresa el sentido de una muerte violenta, llena de angustia y desolación. 

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Las tres sombras
Foto: Alfredo Vélez

5. Las tres sombras

También forma parte de La puerta del infierno. Fue concebida en 1885. La obra se caracteriza por estar en la parte superior del entablamiento, situada de forma que la postura de los cuerpos señala hacia el centro de la puerta y hacia El pensador. Después de su incorporación en La puerta del infierno, Rodin creó una versión monumental para ser presentada de forma independiente, como muchos otros personajes que conforman esa monumental obra.

Eva
Foto: Alfredo Vélez

6. Eva

La primera mujer también nos ayuda a apreciar por separado cada uno de los personajes que están en La puerta del infierno, más cerca y detallada y podemos interpretar sus expresiones. El experto en Rodin, Georges Grappe menciona que “por un lado contiene la vergüenza del pecado original, por el otro, la sensualidad y el éxtasis. Combina la belleza y el horror; la sublimación y la lujuria”. 

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El beso
Foto: Alfredo Vélez

7. El beso

Rodin decidió plasmar a dos amantes en el instante del beso adultero que los condujo al infierno dantesco. El escultor francés representa a los amantes besándose en un conjunto escultórico como obra independiente, que ahora se ha convertido en símbolo universal del deseo y la pasión.

La catedral
Foto: Alfredo Vélez

8. La catedral

Es un homenaje al pasado y la expresión simbolista, según Auguste Rodin en su libro dedicado al estudio de las catedrales góticas. El escultor francés escribió: “La armonía en los cuerpos vivos, resulta del contra balance de las masas que se desplazan; las catedrales están construidas según el ejemplo de los cuerpos vivos”. 

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La plegaria
Foto: Alfredo Vélez

9. La plegaria

Esta obra, con sus superficies lisas e idealización del cuerpo femenino, nos recuerda a la tradición de escultura griega antigua. El autor experimentó la exploración de la fragmentación volviéndose amante del segmento como un todo, precursor del arte moderno que se muestra pleno a través de lo inacabado creando figuras parciales. 

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