Discursos de la piel

  • Arte, Pintura
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
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Time Out dice

4 de 5 estrellas

Viajar sirve para ajustar la imaginación a la realidad y para palpar las cosas tal y como son, esta fue la ideología de Felipe Santiago Gutiérrez, un artista que creció en Texcoco, Estado de México y decidió viajar al mundo para modificar radicalmente su estilo de vida y obra. Se forjó como ilustrador del romanticismo en la Academia de San Carlos de la Ciudad de México para después dar la vuelta al mundo y darse cuenta que su aportación a las artes pláticas podía ser más impactante si plasmaba la verdadera realidad de su entorno.

Por muchos años ilustró el estilo de vida de la élite de mediados del siglo XIX y al mismo tiempo el folclore de los pueblos pertenecientes a España, Estados Unidos, Francia, México y Colombia. Gutiérrez dejó un legado de 110 obras que verás en la exposición Discursos de la piel en el Munal. Museo Nacional de Arte, bajo la curaduría de Victor Rodríguez Rangel. 

Las naturalezas del cuerpo en la academia es la primera parte de la muestra; las ilustraciones retratan una época complicada para los artistas que no tenía libertad imaginativa, los desnudos tenían que ser justificados, es decir, sólo podían ser ilustrados con fines mitológicos y bíblicos, no más.

En la pieza La caída de los ángeles rebeldes resalta la obscuridad del entorno, una técnica propia del romanticismo, en ella aparece el demonio desnudo con sus alas negras extendidas y al mismo tiempo varios ángeles caen al fuego; esta obra incomodó a algunos espectadores ya que los personajes están desvestidos, aunque el grabado que fue totalmente controversial es la escena de un mito romano: La muerte de Lucrecia; ahí se exhibe una mujer que está a punto de morir y por su vestimenta holgada se alcanza a percibir su seno. Este grabado elaborado en el año escolar de 1857 evidencia que Gutiérrez ya comenzaba a experimentar una nueva forma de ilustrar a las mujeres.

La opulencia y el poder adquisitivo se retratan en la sala denominada Decoro y lujo. La pieza Sofía Arboleda Mosquera de Urdaneta es la representación de las costumbres femeninas de la época, las mujeres no salían de sus hogares, estaban entregadas a las artes, iban a la iglesia y ser retratadas era uno de sus pasatiempos ya que se creía que mientras más opulencia pictórica más distinguido eras.

La transformación del romanticismo al realismo pictórico está en la tercera fase de la exhibición llamada Impresiones de viaje, el oriundo de Texcoco dejó de retratar a la opulencia para reflejar a personas con facciones propias de distintas culturas en el mundo: Norteamérica, Sudamérica y Europa.

En uno de sus viajes, conoció una mujer de tez obscura que le pareció sumamente atractiva, tanto como para que una de sus piezas llevara su rostro; Retrato de mulata es una persona con un collar de perlas en el cuello y una flor ensartada en su cabello tupido de chinos. Una vez más, el artista mexicano había logrado desentonar con los pintores de mediados del siglo XIX.

Por último, la cuarta sección denominada Imaginarios del desnudo femenino da término a la exposición con tres cuadros de La Diana Cazadora, quien posa imponente y fuerte con su arco en la mano mientras descansa en un monte solitario. Al inicio, una cortina color rojo dejaba claro que era una exhibición sólo para caballeros, pero gracias al incansable compromiso que tenía Felipe por mostrar la estética y belleza del cuerpo femenino se empezó a aceptar este arte que actualmente es venerado en el mundo.

La colección de Felipe demuestra que si el viajero visita países que resultan mejor que su entorno, él puede aprender cómo mejorar el propio. Y, si la fortuna lo lleva hacia peores lugares, quizás aprenda a disfrutar y destacar de lo que se tiene en casa.

Escrito por
Aura Ramírez

Detalles

Dirección
Precio
$60
Horas de apertura
Mar-dom 10am-6pm
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