La ofrenda, de Saturnino Herrán
Foto: La ofrenda, Saturnino Herrán/Cortesía Museo Nacional de Arte

PINTURA DEL MES: La ofrenda (1913), Saturnino Herrán

Échale ojo a esta pieza en la exposición Saturnino Herrán y otros modernistas del MUNAL

Escrito por
Gustavo González
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¿Celebramos o morimos en la trajinera a la que nos subimos? Este mes, descubre en la exposición Saturnino Herrán y otros modernistas del MUNAL una de las obras más emblemáticas del indigenismo nacional: La ofrenda, del artista hidrocálido Saturnino Herrán. 

Esta pintura es un hito tanto para la formación de la nueva identidad nacional —que pasaba por una crisis en la Revolución mexicana— como para el trabajo de Herrán, quien no dejó el estilo modernista mexicano, el cual prácticamente bautizó.

Revive una escena típica del Día de Muertos en los canales de Xochimilco y mira cómo el autor codificó a la vida misma en pintura: en la composición predominan colores opacos que conducen a la nostalgia y contrastan con el brillo de la flor que guía a los espíritus. Reconoce entre sus personajes a un bebé, una niña, un joven, una dama y dos ancianos, las etapas de la vida, todas abordo de una trajinera, y a su vez detrás de ellos, observa lo que parece una fila interminable de pasajeros que navegan por el río de la vida que inevitablemente culmina con la muerte representada en la flor de cempasúchil.

Esta obra recuerda al México mestizo y trabajador, que quizá sin saberlo se dirigía hacia su propia muerte en la sangrienta revolución, y aborda de una manera más profunda la decadencia y el sufrimiento, contradictorio a la naturaleza festiva del costumbrismo.

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