Plantear la lectura de una colección, la que sea, siempre es un reto pragmático y conceptual. Si es de arte contemporáneo –categoría que resulta esquiva para muchos–, el reto se eleva exponencialmente. ¿Cómo proponer entonces un recorrido por la colección Jumex, una de las más diversas en Latinoamérica? Con una dirección definida que atraviesa coyunturas.
En Podría ser (una fl echa), Catalina Lozano, curadora asociada, y María Emilia Fernández, asistente curatorial, proponen una revisión sobre lo femenino y sus asociaciones en el arte contemporáneo a través de obras que cuestionan este concepto y sus ramificaciones. A lo largo de seis núcleos temáticos, la muestra establece relaciones entre las piezas de artistas tan diferentes como Tacita Dean, Rineke Dijkstra, Silvia Gruner o Candida Höfer con un sentido transitorio: interpela al espectador para que explore sus valores simbólicos y cómo están condicionados (o no) por quien crea y distribuye las imágenes.
La exposición toma como punto de partida la noción del “inconsciente óptico”, término acuñado por el fi lósofo Walter Benjamin para describir la capacidad ampliada de percepción que introdujo la fotografía y el cine en nuestro universo visual. En otras palabras, gracias a dicho cambio radical en el uso de la tecnología para producir imágenes, logramos ver con mayor detalle lo que antes eran solo fantasmas y, de paso, modifi camos nuestra noción de la realidad. Este fenómeno, en relación con las obras expuestas, presenta nuevas formas de entender el concepto de lo femenino, deconstruirlo y ampliarlo.