¿Cuántos temas son más importantes para la humanidad hoy en día que el cambio climático y la destrucción paulatina pero incesante del planeta que habitamos? No es gratuito que el arte lo aborde con tanto ahínco y desesperación: se nos acaba el tiempo. La artista Ursula Biemann piensa mucho en esto y las raíces epistémicas de nuestra relación con la tierra. Su obra se acerca poéticamente a la naturaleza como un ente integral y vivo, y es que ante una realidad arrolladora donde el ser humano se ha puesto como amo y señor; el trabajo de Biemann propone -más bien- entendernos como una especie más que habita el planeta para así entablar diálogos interespecies que mejoren nuestro rol en los ecosistemas globales.
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¿De qué trata la obra de Ursula Biemann?
Si bien ya habíamos tenido una exposición de la artista suiza en el MUAC, esta nueva muestra nos trae sus proyectos más nuevos que se centran en la política del conocimiento. Por ejemplo, la iniciativa “Devenir Universidad” surge de la colaboración entre la comunidad Inga en Colombia y un grupo de académicos, historiadores, activistas, botánicos y educadores. Esta propuesta se enfoca en la creación conjunta de una universidad indígena, destacando la importancia de una educación biocultural que resalte la estrecha interconexión entre la naturaleza y la cultura, concepto conocido por los Inga como "territorio viviente”.
Sin duda, uno de los aspectos más importantes de la obra de Biemann es su creación desde la multidisciplina, donde el arte toma un rol protagónico pero también hay intervención de ciencias naturales y sociales, porque el problema al que nos enfrentamos con el cambio climático necesita mucha reflexión, sí, pero también mucha acción.
¿Qué encontraremos en Devenir Tierra en el MUAC?
En Devenir Tierra hallarás videos de múltiples capas donde la artista entreteje paisajes cinematográficos con imágenes documentales, poesía de ciencia ficción y hallazgos académicos para narrar una realidad planetaria cambiante, diversa, basta…sublime. Su mirada te envuelve y se convierte en algo francamente sobrecogedor, como bien no cuenta Virginia Roy Luzarraga, curadora de la exposición: “Biemann nos sumerge en una experiencia donde la potencia de la representación y configuración de testimonios e imágenes interpela al mundo que habitamos y a aquéllos con quienes convivimos.
No te preguntes si vale la pena, pues el MUAC no nos ha decepcionado en las últimas cinco exposiciones que han trabajado, más bien dite ¿cuándo iré?
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