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[title]Manny (Diego Calva) es un inmigrante mexicano en Los Ángeles de los años veinte. Por accidente, un día termina en una de las fiestas más exclusivas de Hollywood. Ahí descubre que quiere pertenecer a ese mundo y gracias a la estrella del cine silente, Jack Conrad (Brad Pitt), obtiene trabajo en el mundo del cine. Su ambición hará que luche para obtener el puesto más alto en la industria; desea poder, mientras batalla por enamorar a la actriz Nellie LaRoy (Margot Robbie), quien es la mujer más deseada y odiada de Estados Unidos por su forma de ser. Esta es la historia principal de Babylon, la nueva y ambiciosa película del ganador del Oscar, Demian Chazelle, quien decidió contratar al actor mexicano para que fuera el titular de esta producción, por lo que ahora, Diego Calva puede presumir que ya estuvo nominado al Golden Globe por este trabajo.
Para conocer más sobre cómo sucedió esto, platicamos con el actor sobre luchar por sus sueños y talentos para conseguir el sueño americano.
La película habla sobre el precio el precio de la fama y acabas de ser nominado al Golden Globe y ya tienes más proyectos en Hollywood. ¿Qué precio has tenido que pagar para llegar a dónde estás?
Híjole, pues más como sacrificio porque se invierte mucho tiempo, por ejemplo, Babylon me ha hecho revalorar lo valioso que es el tiempo, lo valioso que es estar con tu familia, lo valioso que es tener tus gustos, tu salud. Entonces, yo creo que el precio ahorita para mí es más bien pura inversión. Estoy invirtiendo en mi carrera.
En la película hay un momento en el que Jack (Brad Pitt) cuenta que George (Lukas Hass) fue la primera persona que reconoció el talento en él, ¿Quién fue la primera persona que creyó en ti, que vio tu talento?
Mi madre al principio, pero pues esa siempre es una opinión complicada, ¿No? Porque tú mamá, aunque le hagas un dibujo horrible dirá que es una obra de arte. Entonces, Julio Hernández Cordón, él fue la persona que me puso en este recorrido. Yo quería hacer cine, quería dirigir, quería escribir, pero Julio vio esta parte histriónica mía y esa fue mi primera incursión en un papel protagónico en Te prometo Anarquía, una película grande, entonces voy a contestar que fue Julio Hernández Cordón.
Hablando de autores, justamente hablemos de Damien Chazelle, porque más allá de ser un director, es un autor. Él tiene su sello, deja su marca ahí, ¿Cómo es trabajar con alguien que sabe lo que quiere y que exige para obtener el resultado que desea?
Ha sido la mejor experiencia de mi vida en miles de sentidos, o sea, yo crecí como actor, pero también como persona, no fue fácil porque como tú dices es un director completamente específico, pero al mismo tiempo es un director que puede ser flexible, que te puede dejar jugar, proponer y que siempre te va a preguntar si tienes alguna sugerencia, si quieres intentar algo. Otra cosa que tengo que decir es que Demian hizo una inversión en mí. Él tomó un gran riesgo conmigo y se lo voy a agradecer toda la vida porque yo no tenía ni 10 películas en mi carrera, ni siquiera hablaba el idioma, entonces me preparé mucho, le voy a agradecer siempre.
¿Qué crees que vio en ti para justamente invertir?
Es una historia muy chistosa y de verdad me encanta porque suena como de película, pero Damien vio una foto mía y le gustaron mis ojos, entonces durante 2 años de castings y castings, luego empezó a castearme a mí y empezamos a hacer miles de videos y ya que estábamos un día en Los Ángeles, ya que me había dado el papel fue que me dijo: yo hace 2 años, antes de conocerte, ya había visto tu foto y había dicho que ibas a hacer tú. Entonces hice un círculo completo.
Mi última pregunta entonces es sobre la mirada, en tu trabajo aquí debes expresar muchos sentimientos con tus ojos, ¿Cómo lograrlo? ¿Cuál fue la preparación?
Lo hicimos técnicamente la verdad, o sea, hasta vimos inclusive que tanta apertura de mi boca se veía más poética a cuadro para ciertos momentos. Él es muy matemático, milimétrico y estudiamos mucho Al Pacino en sus primeros trabajos para conseguir a mi personaje que hasta cuando esté callado pareciera que está maquinando, siempre resolviendo porque es un personaje inteligente metido en una situación complicada. Estudiamos mucho los ojos de Charles Chaplin porque Demian sabía que necesitaba que pudiera dar mucha inocencia con la mirada y Chaplin hasta de 50 años podía voltear a ver a la cámara poniendo cara de sorpresa como de un niño. Entonces estudiamos mucho a Pacino y a Chaplin.