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[title]Después del monstruoso éxito que tuvo Sonido de la libertad (recaudó 250 millones de dólares y costó 14 millones) regresa el director mexicano Alejandro Monteverde a la cartelera con la película Cabrini, la cual nos lleva a la Nueva York de 1889, justo cuando la monja italiana Francesca Cabrini con la encomienda de abrir un orfanato para niños italoamericanos en pobreza extrema. Francesca se tuvo que enfrentar al rechazo de la sociedad americana, del gobierno y de la iglesia por ser mujer, por ser extranjera y por querer darle oportunidad a las personas que menos tienen. Su lucha hizo que se convierta en la primera ciudadana estadounidense canonizada como patrona de los inmigrantes.
Time Out México platicó con Alejandro Monteverde y con la actriz italiana Cristiana Dell’Anna sobre esta película que ha tenido excelentes críticas en Estados Unidos.
¿Cómo ha sido tu crecimiento como director? ¿Qué películas te inspiraron?
Alejandro Monteverde: yo estaba estudiando cine cuando vi la película "La lista de Schindler" de Steven Spielberg. Recuerdo que esa película me impactó porque me hizo hacerme preguntas existenciales y hacerme analizar a razón por la que quiero hacer cine. Ahí decidí que quería hacer ese tipo de cine, películas que entretienen y a la vez que te hacen preguntas. Un cine que proponga temáticas. A mí no me gusta hacer cine que de respuestas porque siempre las estoy buscando. De esta manera es que busco mis proyectos, siempre busco esa línea y que visualmente se disfruten en pantalla grande.
Cristiana, ¿Qué tanto conocías de Cabrini antes de este proyecto?
Cristiana Dell’Anna: yo no sabía nada de ella. Una vez me salió su nombre en un capítulo de un libro llamado "Gridalo" del autor italiano Roberto Saviano, solo eso era lo que sabía de esta mujer y cuando Alejandro me invita al filme es que me pongo a investigar sobre ella. Me pongo a leer todos los libros, biografías, leo historias que contaban las personas que la conocieron. Ahí descubro a una mujer impresionante porque no solo impacto la historia americana dejó huella a nivel mundial. Ella tenía unos valores que no encajaban en la sociedad de esos momentos, ni con la americana ni con la europea. La cantidad de mujeres que sobresalieron en esta época es impresionante porque fueron personas que buscaron y exigieron un cambio como Eleonor Pimentel Fonseca y Francesca, fue un período muy rico de mujeres. Lo que me gustó de este guion es que por primera vez mostramos el lado humano, el lado de mujer, ella más allá de ser monja era una buena persona y es lo que esta película se dedica a contar.
Al inicio del filme vemos como nadie en Nueva York quiere a Cabrini, es rechazada, le gritan que se regrese a su país, ¿Les pasó algo parecido como mexicano intentando entrar a Hollywood?
Alejandro Monteverde: todavía me pasa. El rechazo es una inclinación negativa del ser humano al tratar de decirle a alguien si pertenece a cierto lugar o no. En la película vemos como le dicen a Cabrini, tú eres mujer, entonces aquí no debes estar. Ese rechazo lo he sentido toda mi carrera. Siempre diciéndome que no a mis proyectos, la película “Sound of Freedom” fue rechazada, me dijeron: nadie quiere verla. Entonces me la enlataron durante tres años. Yo creo que lo que no te mata te hace más fuerte y es real, sigo aquí con proyectos más grandes. Algo que decía mucho Francesca es que los rechazos solo significan que debes encontrar otro camino. Buscar la puerta donde está el sí e ignorar todas las que dicen NO.
Cristiana Dell’Anna: totalmente igual, si he sentido ese rechazo. Soy una actriz italiana que no habló el inglés perfectamente, he mejorado mucho, pero no es mi primera lengua, entonces ya con eso me rechazan y tampoco me parezco a esa bomba italiana que en Hollywood están acostumbrados a pedir. Entonces el rechazo ha sido parte de mi carrera y eso me ha dado valores únicos que agradezco.
Alejandro no es la primera vez que trabajas en un filme de época, pero si es la primera vez que tienes un presupuesto gigantesco. ¿cómo fue dirigir el filme más ambicioso de tu carrera?
Alejandro Monteverde: es un filme muy grande para los pocos recursos que teníamos. Era un presupuesto muy apretado. La misión era lograr la visión, aunque tuviéramos tres dólares. Yo siempre he dicho que hacer una película no es difícil, hacer la visión de una película, eso es muy difícil. Cuando tienes una visión es justo cuando todo se convierte en un reto gigantesco. En esta película de periodo tuvimos que construir la pobreza extrema y la riqueza en Nueva York. Además de que quería que el filme fluyera y para lograrlo teníamos que hacer cada escena como si fuera una coreografía y eso implicara que si alguno de los elementos fallaba teníamos que repetirla otra vez y otra vez. Fue un gran reto, pero estamos felices con el resultado.