Robert Carlyle en Trainspotting 2
Foto: Cortesía Sony Pictures México

Entrevista con Robert Carlyle

"Dondequiera que vaya, la gente habla de Begbie", dice Robert Carlyle sobre su personaje en Trainspotting y la secuela de este filme

Escrito por
Cath Clarke
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En la víspera de la secuela de Trainspotting, el actor habla acerca de interpretar a uno de la creaciones más monstruosas –pero extrañamente adorable – del cine británico.

Begbie es un monstruo, pero todo el mundo lo ama. ¿Por qué crees que pasa esto?
Lo sé, es muy extraño. Él no tiene absolutamente ninguna característica positova, pero el público parece amar al tipo. Literalmente, dondequiera que vaya, la gente habla de Begbie. Unos años después del estreno de la película, fui a Bulgaria y pensé en salir a dar una vuelta, di dos pasos fuera del hotel y escuche: "Oooh, Behgbbie!". En cada país al que voy, noto que la gente ama a este maníaco.

¿A ti te gusta?
Sí, por supuesto. Cuando Trainspotting salió por primera vez, me rehusé a hablar demasiado de él. Pensé: Ash, no quiero que me encasillen con esto. Pero a medida que pasan los años, se siente bien disfrutar de este personaje. Me hace reír, es un idiota. No hay muchos personajes como él. ¡Es tan grande!

¿Te sorprende cómo la gente ha esperado por Trainspotting 2?
No quiero parecer arrogante, pero no. La gente me ha estado preguntando por 20 años: "¿Cuándo vas a hacer el siguiente?".

La última vez que vimos a Begbie fue arrestado, luego de que Renton se escapó con el dinero de la droga. ¿Qué hizo en todo ese tiempo?
Ha estado pensado en Renton durante 20 años. Pero lo extraño de Begbie y Renton es que hay una especie de romance. Yo diría que la amistad es el gran tema de la película. Estos cuatro hombres se conocen desde la escuela. Todo el mundo tiene gente así en su vida. Uno piensa: ¿Por qué soy su amigo? ¿Esta amistad significa algo?

Física y mentalmente, ¿cómo te preparaste para volver hacer Begbie?
Subí un poco de peso. Begbie ha estado en la cárcel, comiendo día tras día toda esa pesada comida de la prisión. Y no creo que él sea el tipo de persona que le interesa ir al gimnasio, trabajar duro. Está feliz con su tocino, huevos y su torta de papas.

Te deshiciste del corte mullet de Begbie. ¿Por qué?
En cada foto que miré de la vida en prisión todos tienen el pelo corto. Jugué con la idea de ir completamente calvo. Al final me conformé con pasarme la máquina del número seis. Lo que sí mantuve fue el bigote, es su sello.

¿Y los dientes perdidos?
Eso fue algo extraño. Me quitaron un diente. En mi dentadura inferior tengo un implante. Entonces lo quité y luego el diente de al lado empezó a sentirse flojo, y pensé: ¡Que se joda! Fui al dentista para arrancarme el otro también. Así que Begbie tiene sus dientes perdidos.

Eres un tipo dulce. ¿Te afecta en algo interpretar a un psicópata tan violento?
Sí soy tranquilo. Y sí, darle vida a Begbie tiene un costo. Hay un nivel de enojo al que uno necesita aferrarse para no explotar todos los días. Se las cobra un poco con tu vida privada. Te haces ligeramente cortante con la gente. Poco a poco haces subes el tono de tu voz y te haces un poquito más irritable. Uno piensa piensa: ¿De dónde diablos viene esto? Entonces caes en la cuenta: ¡Por supuesto! Begbie está sentado en la parte de atrás de tu cabeza. Mi familia estaba en Glasgow, pero me quedé en Edimburgo durante el rodaje porque no es el tipo de personaje que quieres llevar a casa contigo todas las noches.

Una noche antes de volver al set, ¿sentiste los nervios de “volver a la escuela”?
Definitivamente. No había estado nervioso en años, para ser honesto, pero los nervios estaban de vuelta.

¿Tus hijos tienen la edad adecuada para ver Trainspotting?
No, pero saben de qué va. Mi niñito tiene 10 años. Se pone un bigote falso y me da una patada los… Pero marcamos la línea de que es un juego.

Trainspotting 2 se estrenará este viernes 31 de marzo. 

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