¿Qué hace tan especial a Mentiras, El Musical? La respuesta, creemos, es sencilla: que construye a partir de éxitos del pop mexicano de los 80’s. Desde su estreno, Mentiras se convirtió en uno de los musicales más exitosos en la historia del teatro en México, al grado de formar una base de fans bastante grande y fuerte que han vivido el musical en escena más de un par de ocasiones. Ahora, luego de 16 años, dió un salto al streaming y se convirtió en serie en Prime Video. Por lo que nos preguntamos ¿Qué hace bien? ¿Qué hace mal?
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Antes que nada, ¿de qué va?
Creada por José Manuel López Velarde, la historia comienza en el funeral de Emmanuel, un hombre encantador que tenía relaciones simultáneas con cuatro mujeres: Daniela, Dulce, Yuri y Lupita (sí, como las cantantes). Al conocerse, las chicas descubren que todas creían ser “la única”, desatando enredos y revelaciones con una banda sonora pop como telón de fondo.

¿Mentiras, la serie, logra estar al nivel de Mentiras, el musical?
Directo al punto: Esta adaptación conserva la esencia del musical mientras ofrece una narrativa más profunda y visualmente impactante.
Aunque la historia sigue centrada en las cuatro protagonistas, esta versión da mayor protagonismo a Emmanuel, lo cual ha generado opiniones encontradas. El elenco destaca por sus nombres: Belinda como Daniela, Regina Blandón como Yuri, Diana Bovio como Dulce y Mariana Treviño como Lupita. Todas aportan interpretaciones sólidas y distintas entre sí. Emmanuel es interpretado por Luis Gerardo Méndez, quien también funge como productor ejecutivo (nos contó más de esto en esta entrevista).
Es importante decir que no es una copia fiel a la obra, pero resulta un producto bastante entretenido.
¿Qué sí hace bien?
La serie destaca por su estética visual ochentera, diseñada con intención kitsch que hace homenaje a los montajes teatrales originales. Todo se ve falso a propósito —y hasta se bromea con ello—, lo cual le da un encanto especial. Esa mezcla entre el universo del tocadiscos y el juego de muñecas conecta con los fans del musical y envuelve fácilmente a quienes llegan por primera vez.
En el elenco, Mariana Treviño brilla como Lupita, recuperando su esencia cómica y entrañable; Diana Bovio sorprende con una Dulce fresca y bien construida; y Regina Blandón rompe con su imagen habitual para aportar un necesario contrapeso dramático. Belinda, aunque cae en algunos clichés, cumple como Daniela y luce especialmente en las canciones. La adaptación logra sentirse fiel al espíritu original sin dejar de proponer algo nuevo.

¿Qué está “meh”?
La interpretación de Emmanuel por Luis Gerardo Méndez ha generado opiniones divididas, en parte porque también es productor de la serie y su personaje gana protagonismo respecto al musical original. Su actuación recuerda a papeles anteriores, como Chava Iglesias o Javi Noble, lo que le resta frescura. Además, se hicieron cambios en algunas tramas y se añadió una narradora —con la voz de Michelle Rodríguez—, así como segmentos introductorios que buscan adaptar el formato al estilo de las plataformas actuales, aunque no siempre aportan a la historia.
¿Y qué, de plano, no nos gustó?
Como dijimos anteriormente, la serie tiene grandes aciertos, pero también “áreas de oportunidad”. La narradora parece innecesaria, pues la trama es comprensible por sí sola. También resultan forzadas las cápsulas al inicio de algunos capítulos, pensadas para adaptarse al formato de plataformas, pero que no aportan mucho. La representación de Daniela como judía refuerza un estereotipo que no queda claro si es sátira o caricatura, y aunque Belinda actúa bien, su personaje luce menos carismático que en el musical.
El ritmo del guion es inconsistente: algunas partes se alargan innecesariamente y otras se condensan demasiado. El enfoque en Emmanuel como hombre en crisis emocional aporta un ángulo interesante, pero se siente ajeno al resto de la historia. Su prominencia, sumada a que Luis Gerardo Méndez dirige, actúa y produce, ha generado críticas por parecer un proyecto autorreferencial. Finalmente, la muerte de Lupita fue un desenlace doloroso que también dividió opiniones.
Homenajes que encantan
Algo que aporta al homenaje a la década ochentera es la aparición de figuras muy reconocidas de esa época. También hay guiños a la versión escénica con un par de cameos que encantarán a los fans:
- César Costa, ícono del rock and roll mexicano, interpreta al notario Juan Gabriel Arjona, quien da la noticia del fallecimiento de Emmanuel a las protagonistas. (Dato curioso: también es abogado).
- Ernesto Laguardia aparece en “El Patio” como barman y le sirve a Dulce un par de pedos de gorila.
- Andy Zuno, el Emmanuel “original”, quien al igual que Mariana Treviño estuvo en el taller y el primer montaje de Mentiras, el musical.
- Amanda Miguel, la icónica cantante argentinomexicana de los 80, hace una flamante aparición.
- Daniela Romo, otro ícono ochentero, es homenajeada con un personaje que lleva su nombre: Daniela Levi. Romo interpreta a su mamá.
- Guillermo Capetillo, galán de telenovelas en esa misma década, aparece como el papá de Daniela.
- Horacio García Rojas da vida a un personaje que en el musical solo era mencionado, y aquí ayuda a entender por qué Dulce se deja llevar por sus pasiones.
- René Casados, pionero de las telenovelas, aparece sonriendo y con fuerza como el sacerdote que casa a Daniela y a Dulce con Emmanuel en sus respectivas iglesias.
En general nos parece un logro que no esperábamos ver debido al fracaso de otras series mexicanas en Prime Video. Pero sin duda los fans estarán contentos a pesar de todos los cambios.
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