
Preparación
La producción comenzó en 2015 bajo el mando de Jane McGoldrick (Railroad Alaska). Fue un proceso difícil, ya que debían conseguir el equipo necesario para que soportara las bajas temperaturas, trazar bien la logística –durante todo el año sólo hay dos meses en el que se puede subir al Everest–, y encontrar a unos pilotos con la personalidad adecuada: desde un principio se buscó a uno con amplia experiencia volando en el Himalaya y otro que nunca había realizado esas travesías. También tuvieron que construir la infraestructura necesaria, como habilitar el aeropuerto Lukla en Nepal –que es considerado el más peligroso del mundo–, con la tecnología adecuada para la filmación.