John Kramer celebra los 20 años de Saw con la décima entrega de El juego del miedo
Foto: Cortesía Liongate

John Kramer celebra los 20 años de Saw con la décima entrega de El juego del miedo

Platicamos con el icónico John Kramer desde la locación de Saw X: El juego de miedo, que se filmó en la Ciudad de México

Escrito por
Adolfo López
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En 2004 llegó a las salas de cine Saw —conocida en México como Juego de miedo—, una cinta que refrescó con sangre (mucha, mucha sangre) el género del terror enfocándose en la tortura. La película se volvió tan icónica que pronto se convirtió en una saga que ha contado hasta con un spin-off.

A 20 años de su estreno, y con 10 películas en la espalda, llega el estreno de Saw X: El juego de miedo, la décima entrega que trae de vuelta al icónico John Kramer, que ha estado detrás de este juego todos estos años.

Aprovechando que la película se filmó en la Ciudad de México, tuvimos la oportunidad de platicar con él sobre el regreso de la saga y sobre cómo fue trabajar en nuestro país.

¿Cómo te sientes al estar en el baño donde todo empezó hace 20 años?
Bueno, estamos en un entorno creativo completamente diferente en México. He filmado aquí antes y tengo un gran respeto por los artistas mexicanos en todos los ámbitos, desde la escenografía y el maquillaje hasta la dirección. Estoy muy emocionado de verlo porque no miro los monitores y ese tipo de cosas cuando estamos filmando una película.

¿Cómo ha sido trabajar en una producción en México y con mexicanos?
Me han dejado boquiabierto por lo trabajadores, capaces y diligentes que son; tenemos cinco o seis actores locales en esta película que acaban de iluminar la pantalla. La gente de México, particularmente los fanáticos del terror y los fanáticos del cine, estarán muy felices de ver a algunos de los artistas locales dando vida a Saw, y eso será una gran experiencia.

Cuéntanos un poco de la importancia de la iluminación en las películas.
Es una experiencia inusual. Esta vez estoy sentado en la silla en lugar de estar tumbado en el suelo o en un charco de sangre. Es una situación icónica y siempre me trae recuerdos de nuestro primer director de fotografía, David Armstrong, quien iluminó este set y lo hizo lucir. Cuando era niño, en el campamento, lo más aterrador que podía hacer por la noche era levantarme, recorrer el pasillo y entrar a ese baño que estaba iluminado con luces fluorescentes. Ahora, cuando entro en una habitación con ese tipo de iluminación sigue siendo aterrador, así que siempre es genial. Construimos este baño en varios lugares, pero el que construyeron aquí en México es bastante preciso.

Han pasado 20 años desde la primera entrega. Desde tu perspectiva, ¿qué tanto ha cambiado el cine de terror?
Puedes lograr tanto en una película de terror como en cualquier otro género. Depende simplemente de la escritura. Hemos tenido la suerte de tener, y seguimos teniendo, muy buenos escritores y muy buenos directores y actores que trabajan con ellos para salir adelante. Los escritores a menudo te muestran la dirección que quieren tomar. Es una especie de esfuerzo colaborativo y hemos podido alcanzar la imaginación del público, a diferencia de las películas de terror más convencionales. Una vez, alguien me preguntó ¿por qué una película de terror no ha estado nominada a un Premio Oscar? Por supuesto que sí, por ejemplo, El Silencio de los Inocentes (1991), pero eso es porque no se ha respetado el terror de la manera que debe ser. Hay una voz cada vez mayor entre los fans, pero depende de nosotros como artistas y escritores.

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