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[title]Cuando se anunció en 2017 que David Gordon Green sería el coescritor y director de una secuela/reboot de Halloween, puso tensó a los fanáticos de Michael Myers porque venía de hacer comedias oscuras y uno que otro drama disfuncional, pero cuando estrenó la película sorprendió a todos porque le dio vida a una franquicia querida y reinventó de cierta manera a este asesino serial. En ese momento, Hollywood le quiso dar todo y nosotros lo permitimos sin saber que la segunda y tercera entrega sería de lo peor que le podía pasar a esa saga; solo recordar la manera en la que presentaron a Myers en Hallowen Ends me vuelve a dar coraje. Ahora, Gordon Green tiene a su mando la secuela/reboot de uno de los clásicos del terror más respetados: El Exorcista y además amenaza con tener varias secuelas. Esta semana llega El Exorcista: creyentes a todas las salas del cine y tenemos miedo.
Victor (Leslie Odom Jr.) tiene la desgracia de ver a su esposa morir y lo único que puede rescatar es a su bebé. 13 años después, Angela (Lidya Jewett) quiere saber más sobre su mamá, pero su padre se lo prohíbe porque aún le duele la pérdida. Un día su hija desaparece junto con una amiga, cuando las encuentran, no vienen solas; los tres días que estuvieron desaparecidas fueron poseídas por demonios. Aunque Víctor es ateo, empezará a creer en el cielo y el infierno mientras busca la ayuda de una persona con experiencia en posesiones demoniacas.
La historia es la típica que nos entrega un filme sobre exorcismo que curiosamente cada mes tenemos en cartelera. Los sustos ruidosos están ahí, los vómitos no pueden faltar, los momentos hiper religiosos tampoco, cumple con todos los requisitos menos con uno: ser la hija de la máxima película del terror. ¿Dónde está la atmósfera y el terror psicológico de la original? El nombre El Exorcista le queda muy grande a este filme.
Si no fuera porque tiene unos últimos 40 minutos bastante efectivos y entretenidos (los del exorcismo) sería una pérdida del tiempo, ya que su introducción es lenta, el desarrollo torpe y las situaciones terroríficas ya muy vistas. Es el ritmo del último acto acompañado del excelente trabajo de Leslie y la ganadora del Emmy, Ann Dowd, que hacen que esta película se destaque de las tantas películas de exorcismos que se estrenan a cada rato.
Se podría llamar “Diablo aléjate de mi niña” y todo estaría perfecto, pero como querían exprimir el respetado legado de la franquicia se inventaron una tontería que conecta ese universo con el nuevo. David Gordon Green andaba de un flojo mientras escribió el guion porque literal puso: en internet una mujer dice que su hija sobrevivió a un exorcismo, ¡Vamos a buscarla! La ganadora del Oscar, Ellen Burstyn, vuelve a interpretar a Chris MacNeil y su participación fue totalmente desperdiciada, hacen que un personaje tan icónico sea una burla de su propia esencia. Me alegro que la actriz cobró mucho por sus 5 minutos, mínimo algo bueno saca de eso. Si va a pertenecer al el mismo mundo échenle ganas, busquen el mismo tipo de luz, respeten la manera en que se decían los diálogos, creen ese misterio tétrico que nos remite a la película de 1973 o mínimo pónganle tantita niebla, algo que nos haga sentir que ya habíamos estado en este lugar y no una película distinta que conecta forzosamente a la otra solo por los testículos del director.
Al final, la película funcionará bien en la taquilla por el título del que se colgaron y porque el cine de terror funciona mucho en especial en México. Uno de los grandes talentos del diablo es engañar a la gente y aquí el diablo engaña haciéndonos creer que estamos por ver algo digno del legado, pero nos entrega una película semi genérica que entretiene, pero que dejará molesto a más de uno, esta película es un sacrilegio.