Libre de Reír, la nueva serie de Sofía niño de rivera
Foto: Cortesía Prime Video

Libres de reír: porque también en la cárcel se ríe

Sofía Niño de Rivera presenta serie documental en la que enseña a las personas privadas de su libertad a reírse de sus traumas

Stivi de Tivi
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Stivi de Tivi
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La comediante y actriz Sofía Niño de Rivera dejó por un rato los escenarios para ingresar al sistema penitenciario de la Ciudad de México llevando risas. Esto es Libres de reír, una serie documental y experimento social en la que Sofía enseña stand-up a tres poblaciones carcelarias: mujeres, hombres y comunidad LGBT+. La idea es que ellos aprendan a transformar sus traumas en comedia.

El proyecto se estrena este viernes en Amazon Prime Video, y por eso Time Out México platicó con Sofía Niño de Rivera.

Existe una frase que dice:n"La prisión es una gran educación en paciencia y perseverancia". ¿Cómo encaja esa frase contigo en tu carrera? 
Lo que más me ha costado aprender en mi vida es tener paciencia, y lo que más me ha ayudado es tener perseverancia. Entonces, concuerdo en que dentro de la cárcel se debe tener ambas porque el tiempo se detiene ahí. Este proyecto los ayudó a salir de sus dinámicas, de su presente, y ver con esperanza el futuro. Todo este proyecto requirió de disciplina, perseverancia y paciencia de mí hacia ellos, y de ellos hacia mí.

Esta es una idea tuya, ¿cómo la armaste?
Gracias a que Saskia Niño de Rivera creó la asociación Reinserta Un Mexicano A.C., la cual lleva años ayudando a las personas privadas de la libertad. Se acercó a mí hace un par de años para que la ayudara a reunir fondos en mis shows. Un día le pedí que me llevara a la cárcel porque quería conocer ese mundo y al entrar supe que tenía que ayudar más. Me quería involucrar más. La única forma en que yo sabía o podía hacerlo era con el stand-up, que me parece es una herramienta que puede ayudar a cualquier persona en una tragedia, porque aprendes a ver la vida de una manera distinta y a darle la vuelta a todo. Es una disciplina que ayuda a cambiar la perspectiva. Yo empecé dando talleres de stand-up, por lo que decidí llevar esto a la cárcel. No resultó a la primera, yo lo grabé por mi cuenta y no quedó como quería, así que tiré la toalla. Jorge Bermúdez me insistió en que lo teníamos que hacer porque el proyecto es increíble, y él, que tiene más perseverancia que yo, se lo presentó a Prime y ellos lo aceptaron. Me pareció fabuloso porque pocas plataformas se atreven a realizar un contenido como este.

En los créditos también vi a la nominada al Oscar, Maite Alberdi (El Agente Topo), como directora de los cinco episodios. ¿Cómo entró al proyecto?
Justo cuando Amazon se unió al proyecto, ellos plantearon la idea de hacer una serie documental y comenzamos a buscar directores. Entre los nombres barajados se mencionó a Maite, y en ese momento le recé a todos los dioses para que fuera ella. Le presentamos el proyecto y afortunadamente le encantó. Ella le dio una visión única que nadie más había propuesto. Sabe cómo humanizar a las personas y hacerse invisible detrás de las cámaras, lo que le dio un toque único.

En el episodio vemos cómo tienes un problema al hacerles entender a tus alumnos que ya hay ciertas bromas que no son aceptadas, algunas sobre el peso o partes del cuerpo de la mujer o contra la comunidad LGBT+. Tuviste una discusión muy intensa para hacerles entender que ya no es correcto hablar de los cuerpos de otras personas ni atacar a las mujeres o a los gays. ¿Cómo fue ese momento?
Fue muy difícil decidir hacerlo, pero yo veía cómo pasaban las clases y algunos alumnos seguían con esos comentarios. Yo tenía una responsabilidad como maestra de explicarles lo que sucede afuera. Esa explicación fue complicada porque tampoco quería cortar la creatividad ni limitar la comedia, pero la comedia debe evolucionar junto con el mundo. Tenía que explicarles cómo la sociedad ha cambiado y que la comedia se ha adaptado a esos cambios, entonces aprender a hacer reír sin que se sientan limitados porque llevan mucho tiempo dentro. Fue algo complicado, pero necesario porque al final llegamos a un punto en común, como si todas las discusiones de redes sociales se hicieran frente a la cara, y eso nos ayudó a todos. Me gustó que captaran la idea y eso fue gratificante.

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