Otro viernes de locos
Cortesía: Disney
Cortesía: Disney

Otro Viernes de Locos, el regreso del Disney de los 2000

Luego de 22 años llega la secuela de una comedia que marcó a toda una generación llevando la actualidad a una esencia clásica

Hiram Ballesteros
Publicidad

Un viernes de locos (versión 2003) es una comedia en la que Lindsay Lohan y Jamie Lee Curtis interpretan a una hija rebelde (Anna) y a una madre estricta (Dra. Tess Coleman) que, por azares mágicos del destino, intercambian cuerpos. La madre debe sobrevivir la secundaria con todos los dramas adolescentes, mientras la hija enfrenta la carrera de psicología, responsabilidades y los preparativos de una boda.

Te puede interesar: Belinda se une a Mariana Treviño en Mentiras: El Musical con Mentiras All Stars

Es un clásico porque capturó perfectamente la vibra de la época: el humor, la música (esa banda de garage con Lindsay Lohan en la guitarra), los looks, y la mezcla entre comedia familiar y rebeldía adolescente. Jamie Lee Curtis y Lindsay Lohan tenían una química brutal y ambas brillaron al actuar como la otra.

Otro viernes de locos ¿De qué trata?

En esta secuela, Anna ha dejado de ser una chica rebelde para convertirse en una madre millennial preocupada por el gluten, el azúcar y el control de su temperamento con técnicas de respiración. Por su parte, la Dra. Tess, tras revivir su adolescencia, se convirtió en una abuela cool y relajada, aunque enfrenta los retos de la vejez.

Anna es madre de Harper, una chica rebelde que disfruta las olas de California y prefiere la diversión antes que las responsabilidades. Harper debe lidiar con que su madre se enamoró del papá de Lily, la chica popular que la molesta en la escuela y a quien ahora deberá llamar hermana. Lily tampoco está dispuesta a llevarse bien con su nueva familia, especialmente con Tess.

Como en la primera película, el destino les enseña una lección de empatía intercambiando sus cuerpos: Harper con Anna y Lily con Tess.

¿Qué nos pareció?

No queda claro si es por la fórmula repetida del intercambio de cuerpos, por ser una comedia familiar al estilo clásico de Disney, o por las referencias, pero la película resulta nostálgica para quienes crecieron en los 2000 y, al mismo tiempo, fresca y disfrutable para todos. Desarrolla bien a cada personaje a pesar del doble trabajo; al cubrir tres generaciones con personalidades tan distintas, es fácil empatizar con alguna.

Jamie Lee Curtis se roba la película al interpretar (de nuevo) a una niña en el cuerpo de una adulta mayor, con situaciones muy divertidas. Lindsay Lohan es un gran apoyo y también hace un excelente trabajo. Ambas comparten la aventura la mayor parte del tiempo y transmiten esa química al espectador.

Aunque tiene muchas risas, también presenta el drama necesario para que los personajes (y nosotros) aprendamos sobre empatía con los más cercanos, entendiendo que cada quien enfrenta situaciones que a veces no vemos ni comprendemos. Esto se muestra no solo en las protagonistas, sino también en quienes las rodean.

Además, regresan, aunque brevemente, personajes de la primera parte y actrices relacionadas con esta “categoría” Disney, añadiendo un plus a esta fórmula que disfrutamos mucho.

Es una película que volveríamos a ver y que definitivamente recomendamos para una tarde de fin de semana en familia.

No te pierdas: 

Recomendado
    Más sobre Verano
      También te puede gustar
      También te puede gustar
      Publicidad