Reseña de Saint Maud

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Esta increíble y perturbadora película de terror arrasa la vida regular de un pueblito en las costas sur de Inglaterra, cargada de religión, juegos psicológicos de poder y muchos escalofríos. Va a atormentarte en tus sueños y probablemente desalentarte para siempre a ir de vacaciones al mar. De alguna manera, la ópera prima de Rose Glass hace parecer que ella tiene una gran carrera en el cine de terror; pero no, es un gran debut.

Maud (Morfydd Clark) es una sincera y súper religiosa enfermera que tuvo algunos percances en el hospital en el que trabaja y es obligada a laborar a domicilio. A través de la historia, es claro que el trabajo salió mal de una manera misteriosa pero claramente terrible. Quizás este hecho le hubiera o no causado un ataque de nervios: es difícil deducir cuando termina su piedad y empiezan sus luchas psicológicas. Su primer trabajo por su cuenta toma lugar en la casa de un personaje irritable, Amanda Kohl (Jennifer Ehle), una exbailarina poco conocida que no tiene la intención de dejar que su enfermedad terminal controle sus últimas fiestas. “¿Cómo está?”, pregunta Maud a su predecesor de trabajo. ¿La respuesta? “Es una perra”.

Lo siguiente es un baile entre una ascética y una sensual fumadora, que empieza con insinuaciones de fricciones psicológicas como la película Persona (Ingmar Bergman, 1966), una gran influencia en Saint Maud, y desde allí la historia se derrumba rápidamente. Maud siente una mezcla de piedad, burla y gratitud hacia su paciente. Responde con una compasión fuerte que esconde algo perturbador creciendo dentro de ella.

Como todos los cineastas de terror, Glass tiene un control casi sinfónico entre la atmósfera y el humor. Incluye momentos chocantes que los amantes de la sangre van a amar, pero para apreciar el mundo oscuro de esta película no necesitas ser un entusiasta del género. La partitura incluye la música del compositor Adam Janota Bzowski y parece que viene desde un lugar oscuro y subterráneo. El diseño de sonido es tan delicado como una cucaracha en el piso húmedo de Maud. 

Juntas, Ehle (como Amanda, cansada del mundo) y Clark estarían ganando premios por sus increíbles actuaciones. Abarcan tanto convulsiones de éxtasis divinas como silencios solemnes, como cuando Maud camina a través de las salas de juegos y pubs del pueblo costero (no tiene nombre, pero la película fue rodada en Scarborough). Sospechas cómo terminará la historia, pero esto no retira sus poderes de choque. He visto Saint Maud dos veces y cada vez me ha asustado de nuevas maneras. Toma un golpe de fe.

Traducido por Phoebe Holder 

Saint Maud Dir. Rose Glass. Inglaterra, 2019. Con Morfydd Clark, Jennifer Ehle y Lily Frazer. Estreno: Por confirmarse.