Demon Slayer: Mugen Train
Foto: Cortesía de la producción

Demon Slayer: Mugen Train

El camino del héroe está pavimentando de dolor, pero también de tenacidad; por eso, Demon Slayer está rompiendo récords

Queque Elsa
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Queque Elsa
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El éxito que ha tenido Kimetsu No Yaiba o Demon Slayer –animé basado en el manga de Koyoharu Gotouge– ha sido impactante. Y no solo resulta una noticia espectacular para el estudio Ufotable (encargados de su adaptación), sino que este triunfo le abrirá las puertas –más allá de Japón– a otras historias igual de buenas, que disfrutaremos en el cine, cosa que hace muchos años era algo impensable: un sueño otaku imposible de cumplir.

Primera precaución: si bien la película Demon Slayer: Mugen Train tiene una narrativa sólida y fácil de seguir, sí es necesario ver la primera temporada de la serie, la cual está disponible en Crunchyroll y Netflix (más fácil, imposible). Esto por la historia de los personajes y para tener todo el contexto de los enfrentamientos.

Ahora bien, un poco de contexto por si no tienes tiempo de aventarte un maratón: En la primera temporada conoceremos a Tanjiro Kamado, un joven con una vida tranquila acompañado de su familia en un bosque nevado, quien a simple vista parece ser un chico lleno de cualidades; con el tiempo, éstas se convertirán en sus mejores armas. Sin embargo, un día su familia es asesinada por un misterioso demonio, y antes de caer en una espiral de desesperación, descubre que su hermana Nezuko aún vive... ¡ahora convertida en un demonio! Pero ella no intenta matarlo; al contrario, podría protegerlo. ¿Hay forma de regresarla a su estado humano? Su camino como héroe empieza con esta pregunta y en el proceso conocerá a Inosuke y a Zenitsu, quienes formarán una familia bastante particular y muy conmovedora.

Es importante contarte eso porque Demon Slayer: Mugen Train comienza con el final de la primera temporada. Aquí, Tanjiro y los demás deberán ayudar a uno de los pilares, Kyojuro Rengoku, a proteger y rescatar de una amenaza demoníaca a los pasajeros de un tren enorme. Esta misión pondrá a prueba no solo su fuerza física, sino la tenacidad de sus corazones y motivaciones.

Lo asombroso de esta cinta es que los protagonistas se enfrentan a un demonio que ataca desde dos flancos. El primero es su subconsciente, pues el ente –llamado Enmu–  trata de llegar al alma de los protagonistas para romperlos por completo, hipnotizándolos con sueños hermosos, pero que poco a poco podrían quedar atrapados en las más horribles pesadillas. Y por otro lado, uno más corpóreo: Enmu se fusiona con el tren, por lo cual resulta inútil cortar la cabeza a su cuerpo, pues su punto débil está localizado en alguna parte del convoy. Tanjiro, Rengoku y los demás tratan de vencerlo usando toda su fuerza, aunque cada paso y ataque que hacen, solo les demuestra que los enemigos que vienen en el futuro serán más fuertes y malévolos.

Demon Slayer: Mugen Train resulta una clase maestra sobre heroísmo, compañerismo, lealtad y, de cierta manera, nos muestra que todo en esta vida se trata de nunca rendirse. No importa el dolor ni la frustración: siempre valdrá la pena luchar.

Demon Slayer: Mugen Train Dir. Haruo Sotozaki. Japón, 2020. Voces Natsuki Hanae, Akari Kitô, Hiro Shimono y Yoshitsugu Matsuoka.

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