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Los videojuegos son softwares electrónicos desarrollados para el entrenamiento a través de máquinas, consolas, computadores y dispositivos digitales. Dicha industria cada año registra cantidades estratosféricas de dinero, convirtiéndose en uno de los negocios más redituables a nivel mundial por lo que el cine lleva cuatro décadas tratando de sacarle provecho a su éxito, adaptando las historias más populares con intentos algo lamentables. Justo este año tuvimos el desabrido reboot de Mortal Kombat que muy descaradamente quería colgarse del nombre del juego sin aportar nada nuevo. Este fin de semana (y sin ganas de ser estrenada) llega Free Guy: Tomando el control, un filme sobre videojuegos que Disney adquirió durante la compra de Fox y al cual le dieron cuatro fechas de estreno para usarlo como conejillo de indias en la era covid, pero lo que no esperaban era que tuviera buena aceptación por el público y el boca a boca se ha encargado de que este filme se convierta en la sorpresa del verano.
Arrancamos en Free City donde Guy (Ryan Reynolds) vive feliz haciendo lo mismo sin cuestionar nada. Él tiene a su mejor amigo, se lleva muy bien con sus vecinos y sueña con algún día enamorarse. Su mundo es normal y perfecto hasta que se topa con una hermosa desconocida que tararea la canción “Fantasy” de Mariah Carey, la cual también ama Guy.
Justo en ese momento el protagonista tiene una fuerte revelación y deja de hacer lo de siempre para cambiar de camino con tal de toparse con esa chica llamada Molotov Girl (Jodie Comer). Pero lo que no esperaba era descubrir que su universo es en realidad un popular videojuego el cual corre peligro y solo la mujer de sus sueños podría ser la clave para detener su destrucción.
La acción y comedia van mano a mano en esta cinta familiar desde el minuto uno, por lo que emociona que le sepan encajar historias sobre la lealtad, la amistad, la importancia de aportar algo bueno a la sociedad hasta criticar el sexismo y la violencia que suelen tener los videojuegos; estos factores están tan bien cuidados que no cae en el ridículo mensaje aleccionador y le dan valores al filme que la hacen separarse de la típica película genérica veraniega que cada año entrega Hollywood.
Más allá del gran presupuesto y grandes efectos especiales, sabe que la clave de todo son los personajes; se enfoca en ellos y esto permite que conectes de inmediato con sus historias. Aunque la película fue hecha a la medida de Ryan Reynolds para que luzca todos sus talentos, el actor canadiense, no es envidioso, y le permite a sus compañeros tener buenos momentos: desde Joe Keery (Stranger Things) como el atolondrado nerd Walter, hasta el odioso jefe Antwan que le da vida el ganador del Oscar, Taika Waititi (Jojo Rabit).
Pero quien se pone al tú por tú con la estrella de Deadpool es Jodie Comer, quien debuta en el cine con este filme después de haber ganado el Emmy por Killing Eve y vaya que es un debut espectacular. Su personaje inspira, emociona y tiene un ingenuidad que de inmediato sientes que podría ser tu mejor amiga hasta que empieza a dar unas increíbles patadas que solo te hacen caer rendido a su pies.
Los videojuegos fueron creados para ser un pasatiempo y la película lo entiende ofreciéndonos un espectáculo extremadamente divertido que con ligereza logra provocar emociones. Después de un año y medio encerrados, esta es la aventura que todos nos merecemos para reír y desconectarnos del mundo un rato. La mejor manera para describir este filme sería que es como un cachorro labrador que se muere por ser tu amigo y darte muchos lengüetazos.
Free Guy: Tomando el control Dir. Shawn Levy. Estados Unidos, 2021. Con Ryan Reynolds, Jodie Comer, Taika Waititi y Joe Keery. Estreno: Viernes 13 de Agosto.
