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[title]En 13 años, la productora de filmes animados Illumination se convirtió en la competencia más cercana de Disney gracias a éxitos taquilleros como Mi Villano Favorito, La vida secreta de las Mascotas y SING. Ahora, meten a su catálogo uno de los nombres más importantes del mundo de los videojuegos: Mario Bros. personaje creado por Shigeru Miyamoto que debutó en 1985, convirtiéndose en la mascota oficial del sello Nintendo. Este fin de semana estrena Super Mario Bros. La Película en los cines de todo el mundo, esperando simular el éxito que las otras producciones de esta casa creadora de los minions.
La película empieza en Brooklyn justo donde los hermanos Mario y Luigi empiezan su negocio de plomeros a domicilio, aunque nadie cree en ellos están dispuestos a convertirse en los mejores del lugar. Una fuga de agua hará que terminen en una tubería extraña que los absorbe llevando a Luigi a la Tierra Oscura gobernada por el malvado rey de los Koopa, Bowser, mientras Mario termina en El Reino de los Hongos en donde conoce a un pequeño hongo llamado Toad y a la princesa Peach. Estos tres personajes unirán fuerzas para tratar de derrotar a Bowser, rescatar a Luigi y recuperar la tranquilidad del universo.
La fortaleza de la primera aventura animada de Mario en la pantalla grande es su diseño visual, todo se ve hermoso, colorido, abrazable. Se nota una avance técnico para realizar toda la animación que cuida muchos los detalles de la luz con elementos realistas algo caricaturizados. Los mundos son efectivamente parecidos a los jugados en videojuegos por lo que en varios momentos sientes flashbacks de cuando te sentabas frente a la consola para jugar una de estas aventuras.
Los personajes no cambian mucho su estética, pero si les dan forma que los hace más entrañables con una personalidad que harán que se conviertan en los favoritos de público, en especial la princesa con actitud rebelde y Bowser, quien se roba toda la película con sus canciones, momentos ridículos y presencia.
La parte débil de la película es su guion, el cual carece de originalidad, no quisieron arriesgarse en nada para quedar a salvo con el público infantil y con el consumidor de videojuegos. Las situaciones suceden solo porque deben de hacerlo sin dar explicaciones, las tenemos que aceptar, aunque no exista sentido alguno ni lógica. En el mundo real existen tuberías que te llevan al otro mundo, ¿Por qué nadie más las ha encontrado? ¿Cómo es que funcionan? Y esas son solo dudas del inicio conforme va avanzando entiendes que tienes que hacer a un lado todo esto. Los pequeños no lo van a cuestionar entonces su guionista Matthew Fogel (Minios) espera que nosotros tampoco debamos hacerlo. Este filme se aprovecha de la nostalgia para dar guiño tras guiño y guiño a videojuegos, consolas y situaciones, pero son solo eso, objetos escondidos que emocionan, pero no nutren, no nos llevan a ningún lugar porque esta película se pensó desde un inicio con el principio de lo que será una gigante franquicia con todo y sus spin-offs (no se sorprendan cuando anuncien el de Donkey Kong), entonces este filme es solo una embarradita para el futuro.
Aunque la película no tiene la presencia de los minions (embajador de Illumination) en ella, se siente presente en esencia por su comedia, narrativa y el desarrollo de personajes, lo cual para los seguidores de estas criaturas amarillas puede ser fantástico, pero el universo de Mario es mucho más grande para tratar de emular fórmulas ya comprobadas. Al final parece que le tuvieron miedo al monstruo que era esta franquicia y decidieron irse por el camino fácil. ¿Es divertida? Lo es, los niños lo pasarán genial, los fans se emocionaron por el homenaje y alguno que otro adulto se dormirá muy rico. ¿Es inteligente? No mucho, pero bueno el videojuego era bastante sencillo, llevar a héroe del punto a al punto b. La película no es una prueba no superada, pero tampoco cuenta con los elementos para gritar gustoso: ¡Mamma Mia!