Wes Anderson se une a Benicio del Toro y Michael Cera en El esquema fenicio

El esquema fenicio, la nueva película de Wes Anderson, marca el primer encuentro cinematográfico entre el aclamado director y Michael Cera, uno de los actores más singulares de su generación, además de participar junto con otros grandes como Benicio del Toro y Willem Dafoe (sin mencionar los cameos de Tom Hanks y Bill Murray). Con una historia de espionaje, humor y drama elegante, la cinta reúne a talentos con estilos muy distintos: el cineasta conocido por su obsesiva estética simétrica y el actor que ha hecho de la incomodidad algo entrañable. A propósito del estreno en cines de México, y tras su paso por la selección oficial del Festival de Cannes, Time Out México conversó con ambos sobre la película, la construcción de personajes y el poder del vestuario.

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En tus películas, el personaje principal suele ser seco, reservado y muy masculino. ¿De dónde viene esta idea?

Wes Anderson: La idea de la masculinidad y su proyección es justamente eso: una elección. Aunque hay inspiraciones reales en empresarios de diferentes épocas, lo interesante fue tratar de descifrar mi propia visión de este hombre. Por ejemplo, el padre de mi esposa, a quien le dedicamos la película. Era una persona “alfa”; su sola presencia intimidaba. No era alguien a quien cuestionaras fácilmente, pero detrás de esa fachada había muchas inseguridades y miedos. Lo conocí bien y pude ver su vulnerabilidad. Nació y creció en Beirut, un lugar donde no puedes vivir con tranquilidad. Esa constante preocupación por la seguridad de su familia lo marcó profundamente. Todo eso forma parte del personaje.

Michael, ¿fue fácil para ti trabajar con esa idea?

Michael Cera: No me enfoqué tanto en la masculinidad, sino en cómo contrastar su energía. Era cuestión de lograr un balance entre los tres personajes. Cuando leí el guion, entendí lo que el mío debía aportar emocionalmente: equilibrio y armonía. Al principio parece ingenuo, casi tonto, pero luego te das cuenta de que no lo es. Es alguien serio, solo que con una ingenuidad peculiar, como ese toque de vinagre que resalta el sabor de un platillo. Eso me transmitió el texto de Wes: un equilibrio entre profundidad e inocencia.

¿Crees que hay algo que conecta todas tus películas?

Wes Anderson: Cuando escribo una historia —últimamente con Roman Coppola, aunque antes fue con Owen Wilson, Noah Baumbach o Hugo Guinness—, siento que la historia ya existe y que nosotros solo la desenterramos. Es una metáfora, claro, pero hay algo inconsciente en el proceso. Muchas veces una película lleva a la otra, como si cruzáramos un puente o siguiéramos un tren. En Asteroid City, por ejemplo, los personajes enfrentan la inmensidad del universo y eso los hace cuestionarse la vida. Esa idea puede aparecer en varias películas, como si todas se hablaran entre sí.

El vestuario siempre es esencial en tus películas. ¿Lo piensas desde que escribes a los personajes?

Wes Anderson: Esta película empezó con Benicio del Toro. Literalmente, su imagen se comía al personaje. No creo que el personaje naciera de su imagen, pero fue lo primero que me vino a la mente. En esta historia, lo interesante es que todos los hombres de negocios se visten casi igual. Como en la vida real: sus estilos cambian con las épocas, pero siempre comunican poder y riqueza. En nuestro caso, lo hacen con las líneas negras.

Michael Cera: Para mí, el vestuario es clave. Me ayuda a entender al personaje y a sentirme seguro. Pero lo que nunca puedes prever es cómo te verás realmente. Cuando te ves al espejo con el vestuario, el cabello, los lentes, todo empieza a hacer clic. Antes todo estaba solo en tu cabeza, pero ahora es real. Es como ponerse una máscara: te comportas diferente. Es algo muy liberador, como cuando juegas con tus hijos. Te transforma.

Sin spoilers, interpretas a un personaje con dos personalidades. ¿Lo construiste como si fueran dos personajes?

Michael Cera: No lo pensé como dos personajes separados. Es uno solo que lleva un disfraz. Hay momentos donde ves al hombre real detrás de la máscara. Lo imaginé como un insecto con camuflaje, que de pronto muestra su verdadero ser. Es como si renaciera, y eso es muy tierno. Sobre todo porque empieza a mostrar su verdad frente a personas por las que siente cariño. Me gusta mucho esa dinámica del trío protagonista.

Estreno 28 de mayo en cines. 

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