1. Chocospoons (Foto: Cortesía Cabeza de Toro)
    Foto: Cortesía Cabeza de Toro

    Cubitos de chocolate listos para diluir en leche o café caliente con nombres de typefaces. ¡Transforma tu bebida!

  2. Croissant (Foto: Cortesía Cabeza de Toro)
    Foto: Cortesía Cabeza de Toro

    El hijo pródigo. Tardaron un año en perfeccionar la forma y el sabor con una receta única. Es delicioso.

  3. Pastel Ópera (Foto: Cortesía Cabeza de Toro)
    Foto: Cortesía Cabeza de Toro

    El más popular del estudio. El pastel clásico parisino hecho con tres tipos de café y chocolate belga.

Cabeza de Toro

Aquí no hay chefs, solo food designers

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Estamos hablando de un concepto nuevo con una premisa casi irresistible: productos, servicios y experiencias gastronómicas. Aarón Gómez, Manuel Tovar y Martha Castañeda son las personas detrás de Cabeza de Toro, el proyecto que combina gastronomía, diseño y un servicio de catering muy especial.

¿Cuántas personas son Cabeza de Toro?
En la parte de food design somos tres, pero depende del proyecto. Si tenemos servicio de catering o trabajos especiales tenemos apoyo de otras personas, pero en la parte creativa somos tres personas. La forma en la que trabajamos y creamos es muy orgánica.

¿Qué es Cabeza de Toro?
Amamos la comida y el diseño en formas muy específicas: nos encanta la comida, hacemos diseño y fotografía. Hemos logrado unir todos estos servicios. También hacemos panadería y helados artesanales.

¿Cuáles son los servicios que ofrecen?
Hablando de catering, no tenemos bases establecidas o menús armados. Trabajamos bajo medida. Lo más importante es conocer al cliente y a partir de eso diseñamos. Hacemos catering temáticos.

¿Cuándo inició el proyecto?
Tenemos dos años trabajando. Empezamos haciendo panadería, pasteles y helados. La idea era ofrecer ingredientes que no encuentras fácilmente en lugares que ofrecen servicios similares. Después se expandió agregándole el elemento de diseño. Cabeza de Toro nació hace diez años como agencia de diseño. Si esa experiencia la conectas con la parte culinaria pues tienes un servicio completamente diferente.

¿Planean ofrecer esos servicios en un lugar establecido?
Ese es el siguiente paso. Ahora ofrecemos nuestros productos según la petición de los clientes, pero en un lugar fijo podríamos ofrecer mucho más, queremos que la gente se involucre un poco con todos nuestros procesos, que sepan que trabajamos con albahaca fresca, por ejemplo, que nuestros panes están hechos con levaduras naturales.

¿Dirían que la panadería es su fuerte?
No precisamente. Hablando de productos sí, es nuestro fuerte. Nos dedicamos a probar pan de todos los lugares a los que vamos y lo comparamos. La panadería artesanal es un concepto relativamente nuevo, pero difícilmente tienen procesos tan cuidados como los nuestros. La diferencia es que no somos chefs, somos food designers, podemos comprender y dar mensajes con la comida como medio de comunicación.

¿Podrían mencionar algunos de sus productos?
En la parte salada hacemos todo tipo de menús. En la parte dulce hacemos pastelería, heladería, panadería y chocolatería. Nuestras especialidades vienesas son los croissants, pain au chocolat y los roles. Hacemos bagels, ciabattas y baguettes. Tenemos una levadura que tiene seis años de vida, entre más tiempo tiene, adquiere un sabor completamente diferente al de un pan que puedes comprar en la calle.

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