Gabriela Cámara
Foto: Alejandra Carbajal
Foto: Alejandra Carbajal

Entrevista con Gabriela Cámara

La fundadora de Contramar y Merotoro es un ícono en el sector gastronómico citadino. A lo largo de 16 años de trabajo ha mostrado un agudo sentido de liderazgo, que se refleja en la incesante concurrencia de los locales a su cargo

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Cualquiera pensaría que la carrera de su vida era la de restaurar espacios gastronómicos. Sin embargo, el arte contemporáneo y la curaduría eran su principal objetivo. No fue sino hasta que tomó las riendas de Contramar cuando Gabriela se volvió restaurantera.

El resultado es una trayectoria en la que converge el mundo gastronómico con el del arte, pues apoya regularmente a artistas en distintos proyectos.

Convertirse en referencia nada tiene que ver con fórmulas probadas. "Las nuevas ideas deben apasionarte, no sólo obedecer a una tendencia, como la de satisfacer esa necesidad de rockstars que los chefs están llenando. Lo nuestro es un show que montamos día con día para que todo el mundo esté contento y se resume en darle sentido de vida y responsabilidad a lo que haces", nos dice Gabriela.

A Contramar le siguió Merotoro, hoy en la posición 26 de Los 50 mejores restaurantes de América Latina.

Con su experiencia probada, desde 2006 se ha encargado de renovar algunos platillos de Barracuda Diner, como su mac and cheese y las hamburguesas, que ahora presumen un pan artesanal que hacen en la Doctores, así como la lechuga orgánica de su huerta.

"Darle de comer a la gente es un oficio maravilloso. Me involucré en una línea de conscious business desarrollada por Fred Kofman en la que coloca como prioridad al cliente, la mejor calidad en los productos y un servicio súper atento".

Gabriela es tan meticulosa con sus materias primas que decidió rentar una bodega en la Doctores para mejorar el proceso de elaboración del pan, tortillas, postres y salchichas. Tal como en el huerto de la casa de sus papás cuando era niña, ahora selecciona los ingredientes que sobresalen. Apasionada de la ciudad, apoya proyectos emergentes en Ambulante y en Laboratorio para la Ciudad, área de innovación cívica y creatividad, todo bajo la misma dirección: "Put your money where your mouth is... si dices que te interesa la gente, ¡que de verdad te importe!".

Por increíble que parezca, Gabriela se da tiempo para resolver con agilidad los asuntos más diversos: trabaja en un libro sobre el descomunal éxito de Contramar, ilustrado con fotos de Marcus Nilsson, coordina la apertura de un nueva marisquería en la Roma y la organización del show de talento de su hijo, quien decidió bailar la canción de Laika (la perra astronauta) en su escuela.

Estamos ante una mujer ecléctica y dinámica, de quien tenemos mucho que aprender.

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