Guía de la vida nocturna en el Festival Internacional de Cine de Morelia

Este restaurante-bar cuenta con una de las mejores vistas a la catedral. Prepara tu cámara ya que los sábados, a eso de las 8:45am, se engalana con luces multicolores y un show de pirotecnia. Ideal para tomarse la foto del recuerdo y pasar un momento agradable con un vodka tonic o un whisky en las rocas. Pide la mesa 50 o la 51, son las que tienen la mejor vista. Más tarde prepara tus mejores pasos de baile y disfruta de la música que programa el DJ Said G.

Si lo tuyo es un ambiente más tranquilo, no te preocupes. Las noches de viernes, un trovador se encargará de sacar tu lado más sensible al ritmo de su guitarra, mientras degustas una cerveza o un mezcal. Se trata de un restaurante bar  que se funde con la arquitectura barroca de la ciudad y su cantera rosa. El edificio se construyó en 1685 y combina el estilo barroco y neoclásico. En aquellos tiempos se conocía como el Antiguo Hospital de los Juaninos, más tarde, en 1886, fue remodelado y convertido en hotel. El lugar presume de contar con una barra de diseño única, descúbrela.

Es ideal para disfrutar de la calidez de los morelianos, luego de ver una película del FICM, o incluso conocer uno que otro actor a su paso por la pequeña plaza.

Inaugurado en 2006, este restaurant-bar queda en un edificio fundado en 1642, fecha desde la que es mudo testigo de la historia de la ciudad.

Aquí, la mejor opción es la cerveza, ya que hay promoción de 2x1 todo el día, todos los días. También, encontrarás mezcal producido en la localidad y para nada despreciable.

Si disfrutas de la música en vivo, no dudes en pedir una mesa en el interior del lugar, ya que los músicos locales te harán pasar una agradable velada. Además, los jueves y sábados hermosas chicas demostrarán sus artes de seducción con el espectáculo de danza árabe. Aunque sin duda la mejor opción es pelear hasta con los dientes por una de las mesas exteriores, ya que podrás disfrutar de la exquisita vista del Conservatorio de las Rosas, el primero de América Latina.

Este es uno de los sitios más concurridos por morelianos y turistas, por lo que te recomendamos llegar a buena hora o ser paciente, la lista de espera puede parecer interminable.

Una de las joyas de la ciudad. Un espacio con apenas un año de vida que alberga más de 100 mezcales de Oaxaca, Michoacán, Guerrero, Guanajuato y Durango.

El lugar le rinde homenaje a la cultura a través de sus sabores y decoración. Por esto, encontrarás una variedad de refrescos mexicanos –como Pascual y Lulú–, ron artesanal michoacano y charanda, bebida tradicional de la región, muy similar al mezcal.También ofrecen una interesante carta de cervezas artesanales. Prepárate para agasajar el paladar y no dudes en pedir recomendaciones a los meseros, quienes te orientarán sobre el mezcal ideal para ti. Acompaña la bebida con la kermesse de botanas, que incluye taquitos dorados de papa y calabacita, chicharrón prensado, frijolitos con chorizo y tocino, y el platito sorpresa.

Si el mezcal te abre el apetito, ofrecen cocina de autor con productos regionales orgánicos, a cargo del chef Fermín Ambas. Degusta unas enchiladas de cordero bañadas en salsa de jamaica o una terrina de conejo en agave con granada. Si te queda un huequito, pide el pay de aguacate, no te arrepentirás. 

Dedicado a fomentar la tradición cultural y artística de la ciudad y con una filosofía muy clara: ofrecer una fusión de los mejores sabores del mundo al mejor precio.

Su mobiliario está conformado por muebles viejos adaptados para el uso de quienes ahí se dan cita para disfrutar de un ambiente relajado y sin inhibiciones.

Abrió sus puertas en 2010, gracias a un grupo de artistas y diseñadores locales en busca de un espacio de expresión más allá de las galerías y museos. Por este motivo, esta vieja casona alberga tres exposiciones simultáneas cada mes, ofrece muestras de cine y video, obras teatrales y presentaciones literarias.

La especialidad es la cerveza artesanal moreliana Brü, la cual obtuvo el máximo galardón en el concurso Cerveza México 2013, seguida por la variante stout que se colocó en segundo lugar.

También, podrás degustar de 32 variantes de mezcal originarios de Michoacán, Oaxaca y Guerrero.

No te vayas sin probar la especialidad de la casa, el pulque frappé con notas frutales de kiwi, hierbabuena, y un toque de aguamiel. Para acompañar, el plato cactux, incluye taquitos de jamaica, faláfel, portobello y samosas, preparados con esmero por la chef Tzitzik Delgado.

La vida nocturna moreliana ofrece, entre sus múltiples opciones, este bistro-bar cuya especialidad radica en la coctelería. Para empezar la fiesta, ordena el shot arcoíris (9 shots de 9 colores distintos). Hecho a base de granadina, jugo de piña o naranja, vodka y curaçao azul, su preparación responde a las leyes de la física, ya que aun cuando la mezcla se prepara en un solo vaso sin agitar, al momento de servirla, los colores se van separando uno a uno hasta formar los tonos del arcoíris.

Acompaña tus bebidas de una variedad de carnes frías y quesos, unas tapas españolas o una pizza para compartir con los amigos y tomar energía antes de que se abra la pista y comience la música electrónica.

Pregunta por sus promociones: los martes de pizza gourmet y cerveza hasta las diez de la noche. Los miércoles hay mojitos hasta las once. Los jueves, martinis para mujeres hasta las once de la noche.

Su música va de jazz, indie, synth pop y alternativa a reto ochentera. Ya entrada la noche, el lugar se transforma en un club con los mejores dj sets de la región.