Sucedió en una tarde mientras platicaba con mi mamá por Facetime...
Mamá: ¿Y ya pusiste arbolito de Navidad en tu departamento?
Yo: Mamá, no voy a poner árbol de Navidad...
Aunque no dijo nada, mi madre no pudo evitar hacer una pequeña mueca de desilusión, como si con esa sencilla frase le hubiese dicho: "¡Mamá, no tengo corazón! Odio la Navidad y soy una amargada que no quiere decorar su casa ni fomentar el espíritu navideño, ah, y ojalá que se derritan los polos y se mueran todas las focas bebés del mundo".
Así que antes de que su tristeza se convirtiera en algo trágico, corregí.
Yo: Bueno, o sea, sí voy a poner uno, pero no un arbolito arbolito...
Verás mamá, hay que cuidar el medio ambiente, no podemos darnos el lujo de matar árboles por un simple capricho. Yo sé que un árbol natural es un árbol natural, pero aceptémoslo, cuando vives sola en un tercer piso sin elevador, y la simple idea de tener que barrer tu cuarto una vez a la semana ya te causa terror suficiente, tener un árbol navideño que tira en promedio 58 ramitas al día no está en tu lista de prioridades. Así que me di a la tarea de buscar opciones alternativas para decorar y tener un pino navideño de una manera mucho más original-práctica-barata.
Mamá (notablemente aliviada): ¡Ay buenísima idea!

Dato cultural: El 41% de la población dedica su tiempo libre a ver televisión, mientras sólo el 12% dedican este tiempo a la lectura.



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