Totalmente vintage. La curaduría de la tienda está hecha "con pincitas". Verónica, selecciona cada prenda de forma muy especial, no hay ningún estampado que se parezca entre sí, todo está perfectamente limpio y planchado, parece vestuario de una película. Su precio puede ser más elevado que en otros lugares, pero vale la pena.
Aquí no estás comprando un artículo viejo, sino uno que "volvió a nacer" y no porque lo hayan mandado a la tintorería, está completamente restaurado y puesto en un lugar especial del showroom para que veas el valor de la prenda más allá de lo funcional.
Se puede hacer una cita especial si se desea. Los estampados y telas que tiene son muy especiales, y las tallas no son sólo para mujeres superdelgadas. Encontrarás abrigos, faldas, todo tipo de blusas, jumpsuits y otro tipo de prendas de otras épocas que morirás por tener. Hay pocas piezas de hombre.
Si no te llevas un vestido, seguro te llevas un bolso o algo de su pequeña selección de mobiliario. La tienda renueva productos aproximadamente cada mes.