A diferencia de una percepción generalizada, en México también se produjo una vasta colección de arte óptico y cinético entre los años 60 y 70. Diferentes artistas de distintas generaciones exploraron la idea de movimiento, ya sea real o en potencia, e introdujeron nuevos materiales (como plástico, acrílico y luz neón), así como elementos mecanizados, lumínicos y sonoros, para dar pie a una nueva experiencia de obra de arte. Destacan con esas características las piezas de Ernesto Mallard y de Lorraine Pinto, así como las propuestas del grupo Arte Otro, donde las instalaciones Ambiente I y Ambiente II de Hersúa plantean también la participación activa del espectador, provocando que las obras estén en constante cambio y transformación. Cinetismo es una muestra curada con gran lucidez y coherencia, con piezas que comienzan desde los antecedentes de la corriente con Germán Cueto, Mathias Goeritz y Siqueiros, pasando por el arte producido en 1968 y un bloque dedicado a piezas con la estética de la era espacial, así como piezas donde predomina el uso de energía y maquinaria para concretar el movimiento. Ahora que el OpArt ha tenido un resurgimiento, vale la pena darse una vuelta para ver sus orígenes.
Reseña
Cinetismo
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