El baile de los 41
Foto: Cortesía de la producción

Entrevista con el director y el elenco de El baile de los 41

Platicamos con el director David Pablos y los protagonistas Mabel Cadena y Emiliano Zurita

Stivi de Tivi
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Stivi de Tivi
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El 18 de noviembre de 1901 los periódicos nacionales informaron sobre una redada en la que fueron detenidos 42 hombres (algunos vestidos de mujer), siendo la primera vez en la historia de nuestro país que los medios mencionaban la homosexualidad. 119 años después, pero el 19 de noviembre, se estrena en la cartelera mexicana la película El Baile de los 41, que narra los hechos ocurridos en esta fiesta. Platicamos con el director David Pablos y sus protagonistas Mabel Cadenas y Emiliano Zurita sobre trabajar en este proyecto de época.

La película habla de miedos, ¿ustedes se han tenido que enfrentar a algún tipo de miedo en su carrera?
Mabel:
Claro, el mío fue a estar a la altura de la película. Yo soy intensa y apasionada. El personaje de Amada Díaz sí me llevo a un lugar de terror total antes de entrar al set. No quería quedarle a deber a David, a Alfonso o a Emiliano. Sentía una responsabilidad tan grande que creo que si no hubiera sido por el cobijo que me dio mi director, no hubiera llegado con la seguridad con la que llegué el primer día del rodaje.

David: Como director existen muchos miedos que uno va sorteando en la vida. Unos permanecen y otros son nuevos. En mi caso el miedo a la incertidumbre es algo que siempre me agobia, ¿el próximo proyecto cuando va a suceder?, ¿cómo? Hay que aprender a ser paciente y tienes que ser honesto contigo mismo y ser autocrítico. También aceptar que muchas cosas se salen de las manos.

Emiliano: Para mí, va de la mano de lo que dijo Mabel. Hacer que mi trabajo no me haga feliz por el miedo a no hacerlo al nivel que lo tienes que hacer o que quede la toma que no te gustó. Siempre salen las cosas buenas y malas que dicen de una película, pero para mí es pensar que fui feliz haciéndola y lo feliz que me hace el resultado que creamos juntos y ya de ahí lo demás es extra, se agradece.

Es una película corporal, los personajes son físicos y marcan mucho sus movimientos, ¿por qué te llamó la atención hacer esto?
David:
Hay mucho movimiento en general. En el trazo escénico, pero también la cámara se mueve mucho. Me gusta pensar en la cámara como un personaje curioso que le gusta husmear entre los personajes. Estos movimientos siempre estuvieron en mi mente mucho antes de llegar al set, pero ya al momento de trabajar con ellos de manera concreta, las escenas se iban definiendo con sus requerimientos. Escenas como cuando Amada le exige a Ignacio que la embarace, sí fue ensayada para dejar una idea de un trazo.

El movimiento se traduce en psicología, un poco las intenciones se dan a través del movimiento y de la corporalidad. Para mí, cada movimiento de cámara es como un fragmento de una partitura y al final la cámara termina de tener una coherencia y dar un discurso.

Foto: Cortesía de la producción

Hablando justamente de esto, ¿puedes contarme cómo creaste la escena del baile? Es hipnótica y nunca se detiene.
David:
Por un lado fue preparar el vals como tal donde tuvimos a nuestros 42 hombres ensayando varias semanas. Para algunos fue más fácil que para otros. Se montó una especie de coreografía. La pieza musical ya estaba compuesta desde antes de filmar la película, por lo que la música a mí me dio una pauta de cómo filmar la escena y hay un crescendo en la pieza que también vamos a seguir en términos visuales. Hay cámara lenta, hay una progresión en la fiesta y también en el movimiento de cámara. Con tal bit musical veremos tal cosa, y con éste la cámara se va a mover, si antes estaba fija. En este enfoco y en este desenfoco. Filmamos a tres velocidades a 120, 48 y 24 cuadros.

¿Investigaron sus personajes o dejaron que el guion les hablará sobre ellos?
Mabel:
Yo viví dos procesos, uno con el equipo de producción, donde nos dieron todas las herramientas como clase de equitación, piano, bordar, caligrafía. Fue una experiencia muy bonita. El diario de Amada Díaz fue una pieza fundamental para mí porque hay mucha información respecto a ella.

Mi otro proceso fue cuando pise el set por primera vez  y supe que me tenía que olvidar de todo lo que había aprendido y hacer que todo tomara vida. Ponerte un corsé con todos los kilos de ropa más la casa, 90% de mis escenas fueron ahí, entonces eso era acotación, más acotación, más asfixia, todos esos elementos vivos ya no documentales o de historia porque te vas a la emoción física de los personajes y dices: ok, de esta manera vivía Amada y estaba encerrada todo el tiempo en el mismo lugar, con capas de ropa y sola. Esto te da un poco de conciencia de los que es vivir en la piel de los personajes.

Emiliano: Coincido mucho con lo que dice Mabel. Abordar estos personajes en dos etapas. Para mí que no tenía un personaje en específico, ya que pudo haber existido; pero dentro de la historia es el único ficticio. Lo importante era aprender el día a día de una persona en el porfiriato, empaparme de la cultura LGBT, la cultura del machísimo y a raíz del trabajo previo pude construir este personaje para soltarlo en las escenas. Dejar que los sets, los vestuarios, los 41 y Mabel con Poncho (Herrera) ayudaran a crear esa atmosfera que cobra vida contigo.

Foto: Cortesía de la producción

¿Cómo ven la evolución de la prensa con respecto a tocar temas LGBT+?
David:
Claramente ha habido avances importantes, hay más visibilidad y se han ganado batallas, pero tampoco estamos tan lejos todavía. Una parte de nuestro país no está tan lejos de eso. Ves cómo se describe o se habla de personas que pertenecen a la comunidad LGBT y es un poco lo mismo a como hablaban de ella en el porfiriato. La manera en la que se expresan y son ridiculizadas o caricaturizadas. Me queda claro que es una lucha a la que le queda mucho camino por recorrer y esta es una de las tantas razones por las que para mí es importante hacer esta película.

Mabel: Yo solo quería añadir a eso que justo, de pronto, he visto cómo habla la prensa de la película y es impresionante que muchos de ellos todavía no pueden nombrar la palabra homosexual. No pueden decir dos hombres que se besan. Evitan esos comentarios y le dan la vuelta, no pueden decir: gay, homosexual, amor entre hombres. Lo cambian a el evento, el suceso, lo ocurrido. Creo que hay un gran trabajo todavía por hacer.

El Baile de los 41. Estreno: 19 de noviembre.

Recomendado: Reseña de El baile de los 41, la esperada película LGBTTTI.

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