Marduk y las flores solvestres
Foto: Cortesía Museo Universitario del Chopo

Marduk y las flores silvestres, reinterpretan bolero y ritmos latinos desde lo queer

Conoce a esta banda LGBTTTI y entra en su juego musical entre lo femenino y lo masculino

Escrito por
Enrique Saavedra
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Marduk seduce desde el juego entre lo femenino y lo masculino. Altivo y sencillo a la vez, en el escenario luce un cuerpo viril que cubre con telas y accesorios que recuerdan a una espléndida mulata cubana o jarocha. Su voz que es una fusión de entrenamiento operístico y de sensibilidad popular, se desliza a través de versiones personalísimas de clásicos de la música popular contemporánea. 

Interpreta piezas como “Cenizas”, “Siboney”, “Qué he sacado con quererte” o “Fine and Mellow”, soltando los espíritus de diosas de la música tan diversas como Toña La Negra, Chabuca Granda, Violeta Parra o Billie Holliday, a quienes él rinde tributo reinventando sus canciones, desnudando la fragilidad que representan al compás de sus propios movimientos suaves, coquetos y seguros.

Platícanos sobre tu repertorio
Mi idea de crear esta banda (hace dos años) era hacer la música que me gusta y hablar de cuestiones que me interesan: feminismo, violencia de género, situaciones y problemáticas de la comunidad LGBTTTI. Todo esto desde un discurso musical y corporal. 

Me interesa hablar de que el género es una convención histórica, social y cultural. Ser hombre aquí no es lo mismo que ser hombre en Medio Oriente o en Sudáfrica. Son cosas diferentes, pero al fin convenciones. Pasa lo mismo con el repertorio: buscamos reapropiarnos de esa música, que de una u otra manera está relacionada con nosotras y nosotros: sea porque fue escrita por hombres o mujeres homosexuales o porque el tema habla de cuestiones relacionadas a lo que vivimos o porque es música que viene del pueblo. Nosotros, durante mucho tiempo, como comunidad LGBTTTI, hemos sido excluidos de ese pueblo.Foto: Cortesía Museo Universitario del Chopo

El bolero suele considerarse como mera música romántica, incluso cursi, ¿qué es lo que te interesa de trabajar con él?
Pensando en que es música del pueblo, nos enfocamos en música de América, por eso tenemos blues y música latinoamericana. En realidad, hay muchas maneras de leer un bolero: hay que aceptar que los hay cursis, pero hay boleros como “Escándalo” ("que si esto es escandaloso, es más vergonzoso no saber amar") que describen como pocos nuestra situación de hombres y mujeres sexodiversos, sexodisidentes. O “Vete de mí”, un gran bolero argentino que popularizó Bola de Nieve, un artista cubano y homosexual. Eso para mí es muy fuerte.

La idea es buscar las canciones sobre amor, que pueden hablar de nosotros y con las cuales nos sentimos representados y que somos capaces de asumirlas.

Sobre el escenario son muy claros tus referentes musicales e ideológicos…
Para mí, las grandes divas del jazz son mis referentes: en lo alto de mi altar tengo a Ella Fitzgerald, Billie Holliday, Sarah Vaughan y Nina Simone. Si con alguien aprendí esta dicha de cantar es definitivamente con Celia Cruz. Y me gustaría mencionar a esta mujer que hoy se llama Anhoni y que antes de su transición era Antony Hegarty, líder de la banda Antony And the Johnsons, que es una voz maravillosa y fuera de lo común.

En tu repertorio hay escasos hombres... 
Nunca me lo había cuestionado. Mi formación es de cantante clásico y toda esta música caribeña y de góspel la tuve desde niño en casa. Naturalmente mis gustos iban hacia el canto de las mujeres. Es evidente que hay canciones que fueron escritas para ellas y eso me permite adueñármelas sin tener que cambiar el género de la persona hacia quien van dirigidas: mi sentir y mis afectos son hacia los hombres.

Todo esto es muy relativo: cuántas mujeres, como puede ser Eugenia León, toman boleros y canciones hablando de ellas en masculino y eso no le causa problema a nadie. Pero nunca vas a ver a Alejandro Fernández cantar en femenino.

¿Qué importancia tiene el cuerpo físico en tu propuesta? 
Mucha. Parto de la idea de que nuestras existencias, lo que hacemos y lo que externamos, tiene que ser político. Porque la situación que vivimos nos lo está pidiendo. Porque basta con hacer un poco de memoria para recordar que si tenemos las libertades que vivimos hoy es porque hubo mucha gente que sacrificó su vida, de manera literal o figurada.

Marduk y las flores silvestres FB: @mardukylasfloressilvestres.

Marduk en concierto La Gozadera: Plaza San Juan 15, Centro, jueves 23 de enero 8pm. $120.

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