1. Marcello Lara (Exgerente de Reactor)
    Exgerente de Reactor

    "Hicimos un discurso que embonó bien dentro de los conceptos de la radio pública. Tratamos de que todo fuera lo más claro y transparente posible", apunta Marcello Lara, quien fungió como gerente de la estación durante nueve años.

    Su llegada -al igual que la de Rulo- levantó ámpula. Sin embargo, el crecimiento de la estación habló por sí mismo.

    "Nuestro objetivo principal fue lograr una inclusión real. Eliminamos las prácticas que segmentaban tanto la música, como el lenguaje y por lo tanto, al radioescucha. Adoptamos el discurso del no discurso".

    Esta estrategia se ejecutó y en cuatro años, Reactor pasó de ser la estación número 20 a la 10 dentro del rating radiofónico del DF.

    "Al poco tiempo llegamos a todos los niveles socioeconómicos. Reactor se convirtió en una estación para jóvenes. Ese fue el gran triunfo. Le llegamos al público que le queríamos llegar."

    A partir de esta popularidad, 105.7 FM dedicó gran parte de sus esfuerzos a la difusión cultural y la discusión de temas de interés social. Iniciativas como los maratones de Lectura en Voz Alta, o aquella fulminante protesta contra la reforma de medios de 2006 en la que durante 24 horas sonó "Revés", de Café Tacvba, hicieron que el 'no discurso' de la estación, se convirtiera en un manifiesto real. Así, la radio pública alzó la voz de nuevo.

  2. Sopitas (Exlocotur de Reactor.)
    Exlocotur de Reactor.

    Bajo el lema de "todas las alternativas", Reactor creó una agenda en la que sonaban propuestas de todos los estilos y para todos los gustos. Proyectos como Porter, Le Barón, o incluso Nortec Collective vivieron un antes y un después en su carreras en parte gracias a la exposición que les dio esta frecuencia radiofónica.

    "Si tenías una buena canción, ibas a sonar. Sin importar quién eras, de dónde venías ni si tenías disquera . Lo único relevante eran la música y el discurso", declara Francisco Alanís, mejor conocido como "Sopitas".

    Este hombre fue una de las principales voces del cuadrante. Pero, ¿qué hizo que Reactor -y sus locutores- se convirtiera en un tema tan relevante?

    "Abrimos la discusión. Fue un momento de transición, justo como lo es ahora. En ese tiempo se abrieron nuevos foros para escuchar música en vivo. Comenzó la migración hacia la música digital. El país en general vivió una época de muchos cambios y esto nos permitió adaptarnos a nuevas formas de pensar (y escuchar)", agrega.

    Con tantos cambios, transiciones y reformas, los oídos de toda una generación buscaban voces que los guiaran. La radio pública lo entendió.

    "Las personas empezaron a voltear a su alrededor. Se dieron cuenta de que no solamente pasaban cosas interesantes en países como Inglaterra; aquí había una escena importante".

  3. Miguel Solís (Exlocutor de Reactor.)
    Exlocutor de Reactor.

    Coincidencia o no, lo cierto es que durante la época de consolidación de la estación, surgieron bandas que se apoyaban entre sí, que creían en lo que hacían. Nació una nueva escena y emergieron talentos. La responsabilidad de 105.7, como radio pública, era estar ahí.

    "Recién empezó la estación le hablé a Rulo para invitarlo a un show en el que se presentarían Sad Breakfast, Austin TV y Hummersqueal. Cuando llegamos, el evento estaba sold out. Justo al día siguiente empezó a sonar 'Rucci', de Austin", comenta Miguel Solís, arduo defensor de la música (bien) hecha en México.

    Desde el espacio que tuvo al aire, Solís luchó arduamente por levantar la calidad de la escena nacional. "El secreto fue voltear a ver a una generación que nadie pelaba. De alguna forma, hicimos que el rock mexicano dejara de ser algo 'chido' y se convirtiera en algo cool", señala.

    Sin embargo, no todo fue color de rosa para la estación. Reactor enfrentó grandes obstáculos, entre ellos, acusaciones de servilismo a grandes disqueras. Incluso bandas como Panteón Rococó manifestaron su repudio a la estación en el festival de música Vive Latino. Hicieron un llamado colectivo para "apagar el reactor".

    "Al final, demostramos que había un compromiso con la música. Pasados 10 años puedo decir que cumplimos con nuestro objetivo".

  4. Cova (Policía de la lágrima y locutora de Reactor.)
    Policía de la lágrima y locutora de Reactor.

    El universo se encuentra en constante expansión. Todo fluye y nada permanece igual siempre. Por ello, desde hace unos años comenzaron los cambios dentro de la estación. Algunos locutores y programadores salieron para continuar con sus proyectos, otros cambiaron de horario y unos más permanecieron allí.

    Esto fue antes de que la gerencia se renovara totalmente. La nueva generación refrescó los oídos de los radioescuchas. Una de las voces más celebradas es la de Cova, quien llegó a Reactor (con todo y el uniforme de la policía de la lágrima) bajo invitación de Miguel Solís y Marcello Lara.

    "Es como cuando tienes una relación y cortas. Es difícil dejarlo atrás, adaptarte a nuevas costumbres, nuevos estilos de vida. Reactor justo está en esta etapa", señala.

    Su papel es difícil. La radio debe buscar la forma de sobrevivir a los nuevos métodos de distribución y transmisión de música, pero ¿cuál es el papel de la radio en tiempos de streaming?

    "El papel del locutor es algo irremplazable. Es maravilloso tener a alguien que te contextualice con las canciones, que te enamore de lo que escuchas", agrega Cova, quien se encarga de romper nuestros corazones con su fina selección de rolas deprimentes".

    Quizá justo ahí sea donde radica la magia de la radio. Si bien aplicaciones como Spotify, Soundcloud y Bandcamp ofrecen opciones que se ajustan a los gustos de sus usuarios, éstas aparecen a través de algoritmos. Las matemáticas jamás reemplazarán a los humanos. La radio sabe algo que tú no sabes.

  5. Romina Pons (Gerente de Reactor.)
    Gerente de Reactor.

    Tal como hace 10 años ocurrió con Marcello Lara y Rulo, el cambio hacia una nueva gerencia fue polémico.

    "Mi entrada ocurrió durante un relevo generacional. Creamos un nuevo equipo con una intención distinta", cuenta.

    Romina Pons ya trabajaba en radio desde hace algunos años. Fungió como locutora y productora en EXA León y había colaborado en  algunos medios impresos. Cuando la antorcha se pasó, los ratings cayeron. Sin embargo, tras un reajuste de programación se recuperó. ¿Su próximo reto? Mejorar los contenidos para levantar la voz de Reactor.

    "Mover una estación es como mover un buque: aunque tú le des la vuelta al timón, el barco se tarda muchísimo en girar, porque es enorme", agrega Pons.

    Los trámites tediosos y la limitación de presupuesto son factores que afectan los planes. Evidentemente, no todo es negativo: la radio pública tiene grandes ventajas y responsabilidades.

    "Lo mejor de trabajar en una estación pública es que, como no es un negocio no hay lugar para payolas", asegura.

    ¿Qué pasará con Reactor en el futuro? La respuesta no nos pertenece. Esa historia la escriben las nuevas mentes involucradas en el proyecto. Ellos serán los encargados de que Reactor siga vigente.

  6. Alan Zuko (Productor.)
    Productor.

    Tanto en la historia del Instituto Mexicano de la Radio, como de Reactor, los jóvenes que realizan su servicio social son pilares del proyecto. Ellos aportan frescura, dinamismo y nuevas ideas. Muchos locutores y programadores de 105.7 fm iniciaron su carrera de esa forma.

    "Escucho Reactor desde que tenía 16 años, ahora tengo 22. Siempre he pensado que es una plataforma muy rica en su oferta musical. Se apega mucho al eslogan de 'todas las alternativas'", nos cuenta Alan Zuko, quien decidió liberar su servicio social en el IMER.

    Su llegada fue fortuita. Él, como cientos de jóvenes, buscó entrar a la estación para escribir su propia historia en la escena nacional. Esto demuestra que las nuevas generaciones, a pesar de lo que apuntan algunas teorías, aún confían en que la radio refleje sus intereses.

Préndele al Reactor

La estación que marcó a toda una generación cumple 10 años de vida

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Quizá sin estar consciente de ello, Raúl David Vázquez, "Rulo", protagonizó uno de los momentos más importantes en la historia de la radio. El 12 de noviembre de 2004, presentó "Dale al chaval" -tema que se desprende de un compilado de canciones de los Ramones traducidas al español- de Ramomex.

Esta elección no fue fortuita. Rulo sabía que la crítica estaba en su contra. Lo acusaban de malinchista y lo creían incapaz de programar rock en español. Con esta rola desmintió a sus detractores e inició oficialmente las transmisiones de Reactor 105.7, una estación de radio que conquistó los oídos de toda una generación, a pesar de las trabas monetarias, las presiones comerciales y los trámites burocráticos. Este proyecto surgió a raíz de la desaparición de Órbita y Radioactivo.

Ambas estaciones -enfocadas al rock y sus distintas vertientes- unieron fuerzas para crear un nuevo espacio en el que tuvieran lugar todas las alternativas. A este sitio lo llamaron Reactor.
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