Humanz de Gorillaz
Foto: Cortesía Gorillaz/Warner
Foto: Cortesía Gorillaz/Warner

Disco de la semana: 'Humanz', Gorillaz

La banda virtual de Damon Albarn presenta su quinto disco con colaboraciones de Jehnny Beth de Savages, Vince Staples y Pusha T

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Por fin tuvimos el esperado regreso de la banda virtual Gorillaz, encabezada por Damon Albarn y el caricaturista Jamie Hewlett. Su fórmula es bastante sencilla: invitar a colaboradores que representan lo mejor de la música actual, canciones con una temática post apocalíptica, y personajes con los que nos identificamos.

Es triste que, a pesar de tener la fórmula dominada, todo esto falte en el quinto disco de la banda: Humanz. La verdad es que para haber esperado 10 años, Gorillaz (o mejor dicho, Damon Albarn) se quedó muy corto.

Empecemos por lo más importante. En sus álbumes pasados, Gorillaz contó con la participación de leyendas de toda época y género, entre los que destacan artistas como Andre 3000 de Outkast; De La Soul, conocidos por sus colaboraciones en “Feel Good Inc.” y “Superfast Jellyfish” y MF Doom, uno de los raperos más importantes del hip hop underground. La lista sigue y sigue, pero lo que es cierto es que Damon siempre se encarga de hacer brillar a sus colaboradores, permitiéndoles un espacio dentro del mundo de Gorillaz para aportar increíbles versos y texturas musicales.

Debo confesar que cuando leí  que colaboraban raperos como Danny Brown, D.R.A.M, Vince Staples, Pusha T y Mavis Staples, me dejé llevar por la emoción y pensé que seguramente sería la mejor placa de la banda. Por supuesto que me equivoque.

Danny Brown es uno de los mejores raperos de nuestra época. Su álbum Atrocity Exhibition fue de lo mejor de 2016, y puso la barra muy alta para el hip hop contemporáneo. En el track “Submission" (feat. Danny Brown y Kelela), el uso de sintetizadores y sampleos crean un ambiente similar a un videojuego y nos presenta una lucha en la cual Kelela deja claro que lo único que tiene es amor. El verso de Danny Brown es rápido y repetitivo, algo a lo que no estamos acostumbrados. En general la canción pasa completamente desapercibida. Al forzar los elementos electrónicos y los beats monótonos, Albarn no deja con que trabajar a sus colaboradores. Brown se ve forzado a acelerar su rap, y la canción (y el disco), se torna aburrida.

La duración del álbum es un problema ya que no tiene altos ni bajos, lo que lo vuelve insoportable después de cuatro o cinco canciones. Uno pensaría que los interludios como “Elevator Going Up” o “Talk Radio” funcionarían justamente como transiciones, sin embargo estas sólo alargan el álbum y no aportan nada a la historia (un mundo en el que Trump es presidente, según Albarn) y solamente contribuyen al aburrimiento.

El mercado de la música actual gira en torno al sencillo. Cualquier grupo que quiere público y mantener a sus fans enganchados tiene que recurrir a esta práctica. El 23 de marzo de 2017 Gorillaz lanzó cuatro rolas: “Saturnz Barz”, “Andromeda”, “We Got the Power” y “Ascension”. Su estrategia funcionó, el público se mantuvo atento al nuevo disco y las canciones fueron un éxito. Lanzar las mejores rolas del disco como sencillos es práctica común sin embargo, después de haber esperado 10 años, pensamos que si “Ascension” con el gran Vince Staples es tan buena, seguramente las otras 25 canciones también. 

A veces es válido reconocer que no se tiene un disco, sino un EP. Creo que lanzar un EP hubiese sido una mejor decisión para Damon y su banda: cuatro tracks, cuatro integrantes. Realmente los momentos más destacados del álbum son los sencillos, y es bastante triste tener que recurrir a canciones relleno para justificar un lanzamiento LP. Ahora, si van a arruinar las colaboraciones, al menos la esencia de la banda debió quedar intacta. Lamentablemente es difícil hacer eso cuando una banda “rock” se ve forzada a tocar una extraña mezcla entre techno, funk y house.

Es imposible negar que en casi 20 años de la existencia, el espacio musical y artístico-tecnológico cambió inmensamente. En un inicio la idea de la banda era innovadora; representaba un reto enorme separar al humano de la música. Poco a poco el proyecto fue haciendo más uso de las tecnologías modernas, y en Plastic Beach vimos la fusión entre los modelos a computadora y el mundo real.

Ahora con Humanz, Gorillaz deja de ser una banda y comienza a ser, o a intentar ser, un fenómeno de la cultura pop a través de videos en 360º, entrevistas “en vivo” e inclusive una serie próxima a salir. Esto no menosprecia el trabajo de Jamie Hewlett, el problema aquí es que el lado musical parece haber quedado rezagado.

La banda animada se vio víctima de su época, y es que balancear el aspecto musical y visual, no es tarea fácil. Tal vez no era el momento preciso para lanzar Humanz, o tal vez debió ser un EP. Mirémoslo por el lado positivo, no tendrán que esforzarse mucho por superarse la próxima vez que lancen material.

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