David Bowie
Foto: Time Out Londres
Foto: Time Out Londres

El estilo de David Bowie

Repasamos la importancia de la moda en los diferentes personajes de David Bowie a lo largo de siete épocas

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Desde el sureste de Londres para el espacio exterior, David Bowie fue la estrella de rock más grande en reinventarse. Katie Dailey le rinde tributo a las siete eras del hombre de las estrellas, con sus trajes más representativos.

Las siete eras de Bowie

1. Mod Bowie 1963-1968: El hombre que se llamaba David Jones

Es tentador imaginar que David Bowie cayó a la tierra en un bulto de lentejuelas, pero fotografías del artista en su época de adolescente lo muestran como un mod muy serio. Para su última adopción temprana de estilo, él empezó la tendencia de usar pantalones cónicos en la preparatoria Bromley Technical y pintó su cabello con colorante de alimentos.

Puedes ver el saco que usó en la agrupación The Konrads, con rayas audaces que dibujan al propio Bowie. En 1964, su primera aparición en televisión a los 17 años fue en el canal BBC2, en el show Tonight, como parte de la Sociedad por la Prevención de la Crueldad para los Hombres con cabello largo. “Creo que somos bastante tolerantes”, opina un educado y joven Bowie, vestido modestamente con un traje y el cabello muy a la Brian Jones. “Pero en los últimos dos años hemos recibido comentarios como 'Querida' y '¿Puedo ayudarte a cargar tu bolsa?’ y creo que esto debe de terminar”. Pronto dejó de preocuparse por las reacciones que causaba su apariencia y comenzó a jugar con esto.

Canción de la época: “In the Heat of the Morning”: fantasía romántica de un suburbano.

2. Hippie Bowie 1969-1972: El hombre que usó un vestido

Después de escapar de un odioso trabajo en una agencia de publicidad en el Soho, Bowie se convirtió en un artista de tiempo completo, sin dejar de vivir en Foxgrove Road, Beckenham, con su mamá. No consiguió papeles importantes en producciones del West End, como ¡Oh, qué guerra tan encantadora! o Hair, y coqueteó con el budismo, el performance y los maxivestidos.

Cuando se casó con Angie Barnett en 1970, los dos adoptaron un look similar: pantalones y blusones holgados. Lo describían con frecuencia muy parecido a Greta Bargo. En 1971 causó sensación con la portada de The Man Who Sold The World, reciclando un estilo medieval del diseñador Michael Rish, quien tenía una boutique en Marylebone especializada en vestidos para hombre. Su madre estaba desconcertada, pero era tolerante, decía a la prensa: “Mientras él recuerde que es un muchacho, no veo nada de malo en lo que use”.

Canción de la epóca: "Memory of a Free Festival", una oda para Beckenham pintada con el pincel de la contracultura.

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3. Glam Bowie 1972-1974: El hombre que cambió el mundo

Ya viviendo con Angie (aún en Beckenham), con el mundo esperando noticias, Bowie decidió hacer más interesantes las cosas. El relámpago, el shock de su cabello rojo, un cuerpo de insecto como su segunda piel: Ziggy Stardust es el Bowie más visual y memorable.

Fue creado poco a poco, como un rompecabezas de referencias culturales, ensambladas por el interés en todo que tenía Bowie. El corte de cabello vino primero, cortesía de Suzy Fussey del salón de belleza Evelyn Paget, en Beckenham. Luego pintó su cabello de rojo para que coincidiera con la imagen de Marie Helvin, que Bowie había visto en una revista. El maquillaje estaba inspirado en Alice Cooper y su outfit en el vestuario que usó Stanley Kubrick en la película La naranja mecánica, creado por el diseñador Freddie Burretti.

Por último, Bowie, siempre el primero en detectar nuevos talentos, fue al primer desfile de moda japonesa celebrado en Londres y contrató a Kansai Yamamoto, quien se convertiría en el genio detrás de los trajes más memorables de Ziggy Stardust, como el traje de gato, que incluso Kate Moss luchaba por usar en un shooting de Vogue en 2003. Luego Bowie se afeitó las cejas y las cosas se pusieron realmente extrañas. “Puedo asumir las formas de las personas que conozco”, dijo en 1973, “puedo usar sus acentos, soy un coleccionista”.

Canción de la época: "Rebel Rebel". Nuestro hombre de los simios en la agonía del glam rock.

4. Soul Bowie 1974-1976: El hombre que fue negro por dentro, delgado y blanco por fuera.

Después de construir a Ziggy Stardust como un fenómeno internacional, Bowie lo mató y tuvo un repentino interés en el soul. Mientras durante la gira Diamond Dog’s en Estados Unidos, él fue a ver a The Temptatios, The Spinners y Marvin Gaye, su música dio un giro con un toque más soul y, como siempre, creó una personalidad visual que fuera acorde a la música.

Vivir en Los Angeles y subsistir con una dieta basada en cocaína llevó a Bowie a una sastrería dandy, eligió un traje azul pálido de Yves Saint Laurent. Después de ver a Judi Dench en la producción Cabaret, adoptó su icónico look del delgado duque blanco. Con énfasis en lo delgado: sus trajes monocromáticos Ola Hudson y los pantalones de 26 pulgadas de ancho.

Canción de la época: "Fame". La brillante paranoia de Bowie y John Lennon por el funk.

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5. Berlín Bowie 1977-1979: El hombre que hizo las cosas diferentes

Muy cerca de la autodestrucción, Bowie se mudó a Berlín para disfrutar de la escena de música, arte y romper con su épico habito por la cocaína. Alejado de Angie, David se sumergió en la música de Brian Eno, la escritura de William Burroughs y el arte de Salvador Dalí, y se mudó con Iggy Pop. Bowie tocó con Brian Eno, en su disco Oblique Strategies y tomó prestado a Burroughs su técnica de cut up, para crear las letras de las canciones con palabras en trozos de papel.

Después de personajes psicodélicos, andróginos y teatrales, lo más polémico de Bowie fue detener esta imagen, así que dejó de usar tanto brillo y se volvió monocromático, como la portada en blanco y negro de su disco Heroes, usaba una simple chamarra de piel y un copete que parece haber tomado de algunos episodios de la serie Happy Days.

Esta ingenuidad era, por su puesto, muy consciente, todos sus artefactos de la época fueron sutilmente guardados, incluyendo los bocetos en cajetillas de cigarros y menús del café favorito de Iggy y David en Berlín. No podemos imaginar que comieran tanto…

Canción de la época: "Always Crashing in the Same Car". Bowie tocando fondo. Sintetizadores, voces moribundas y desesperación.

6. New Romantic Bowie 1980-1989: El hombre que amó el performance

Por 1980, Bowie volvió al modo de disfrazarse de nuevo, volando entre Londres y Nueva York y tocando en ambas ciudades. En Saturday Night Live tocó con el entonces desconocido contratenor de cabaret Klaus Nomi. Para cantar en TVC 15 usó un vestido con un poodle de juguete en su pie y una pantalla de televisión en su boca. No creo que nadie viera venir esto…

Para el video de “Ashes to Ashes” revisitó su fascinación por la vida con la imagen del triste payaso Pierrot (de quien también hace referencia en la canción “Threepenny Pierrot: Felices pies pequeños que bailan todo el día, corazoncito solitario con mucho que decir”) y encargó a Natasha Korniloff (diseñadora de vestuarios del debut de Bowie en 1967, “Pierrot in Turquoise”) que creará un traje cibernético de payaso. Lo lució en el club Blitz de Londres, la colmena de los cerebros del nuevo movimiento romántico y reclutó al capo Steve Strange para una escena en “Ashes to Ashes”.

Aún prolífico, también tocó un dueto con Joseph Merrick de Queen, y, con una actuación que aún le provoca pesadillas a los niños de los ochenta, interpretó al rey de los Goblins en la película Labyrintn.

Canción de la época: "Ashes to Ashes". David le dice adiós al Major Tom con un crujiente trabajo ochentero.

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7. Bowie moderno 1990-2016: El hombre que le dio la espalda a todo

Si la carrera de Bowie tuviera sólo una característica sería previsión creativa. “Cuando él decidía hacer algo, optaba por lo más vanguardista, era la persona más interesante en el mundo para hacerlo”, dice Geoffrey Marsh. En 1997, Bowie encargó al joven Alexander McQueen que le hiciera un abrigo de la Union Jack (emblema del Reino Unido), cuidadosamente pulida con quemaduras de cigarrillos. Ésta sería la pieza central de la manga del terrícola, pero visto desde la parte de atrás, como Bowie miraba sobre los verdes campos de Inglaterra.

Después de su ataque al corazón en 2004, se mudó a Nueva York, dejó de hacer giras y se negó a dar entrevistas. Su sorpresivo y brillante regreso fue con el disco The Next Day, que marcó otra era para Bowie, una en la que la música debía hacer todo el ruido por él, sin que los performances fueran fundamentales para su éxito, y en el que es evidente un elemento de retrospección por primera vez. En 2013, Bowie estaba hipnotizado por su pasado, como nosotros.

Canción de la época: “Where Are We Now?”. El fervor global de esta canción demuestra que nuestro héroe mantuvo su gusto por lo dramático.

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