Betsy Pecanins
Foto: Cortesía Foro El Tejedor

Entrevista con Betsy Pecanins

Platicamos con "la Reina del Blues" sobre su nueva producción 'Ave Phoenix' y su próximo concierto en el Teatro de la Ciudad

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Dice el coro del blues compuesto por Rafael Mendoza: "Si he de morir por amor, que sea muy grande la vida. Si he de morir de dolor, que sea la muerte chiquita". Cantados al unísono por Regina Orozco, Verónica Ituarte, Iraida Noriega y las jóvenes cantantes Julia González, Elena Garnés y Natalia Marroquín, los versos de esta canción remiten perfectamente a la situación que vive la cantante y compositora para quien fueron compuestos. Betsy Pecannins ha vuelto, distinta pero igual, lista para exorcizar el dolor a través del placer que ofrece su música.

Ave Phoenix es el título de la propuesta musical de quien por varios años ha sido considerada "la Reina del Blues". Y aunque no se ha deslindado por completo de ese género, motivos de salud la han obligado a guardar su voz cantada y moverse entre el spoken word y el rap, mientras sus compañeras entonan las piezas compuestas por ella misma, con letras de sus autores de cabecera: Guillermo Briseño, Jaime López, Rafael Mendoza y, por supuesto, poetas como David Huerta y Frino. Las cenizas de las que renace esta diva son muy selectas.

Ante el paso de la enfermedad, ¿desde dónde surge el nuevo canto? La artista nacida en Arizona y de ascendencia catalana, explica: "siempre viene desde el corazón, desde las vivencias y lo que nos va pasando en la vida. Tengo un trabajo en un territorio nuevo, porque he tenido cambios en mi voz y eso me ha llevado a ubicarme de otra manera, pero son canciones que no son parche de lo que hacía antes, es un trabajo nuevo que cuenta con la colaboración de los grandes músicos de siempre", señala Pecanins.

En efecto, la banda que la ha acompañado en infinidad de tocadas continúa con ella. Y eso es una ventaja ante la diversidad de lenguajes que simbolizan las cantantes invitadas -Regina hace cabaret, Verónica es jazzista e Iraida fusiona ritmos-, porque dominan el lenguaje de Betsy y a partir de allí acuerdan y suman a los arreglos musicales. La guitarra acústica de Jorge García y la eléctrica de Felipe Souza, el bajo de Alfonso Rosas, la batería de Héctor Aguilar y el cello de Mónica del Águila suenan con la fiera delicadeza de los viejos amigos que se protegen pero respetan su individualidad.

"Yo componía, pero no era la compositora de todo lo que hacía: yo era intérprete y buscaba hacer mis arreglos y mis formas para cantar canciones conocidas. Y ahora sí son puras canciones mías, entonces el territorio en el que me muevo ha cambiado un poco, pero lo disfruto, porque siento que ha sido una época muy creativa, como suele ser cuando uno tiene momentos de crisis, de cambio o de reinvención: se abre un libro lleno de sorpresas", afirma la cantante que logró versiones particulares y definitivas de temas clásicos del repertorio popular como La chancha y La tequilera.

Previo al concierto, la banda y las invitadas se reúnen solamente un par de ocasiones para ensayar juntas. Y es suficiente: Betsy les ha enviado a sus compañeras las canciones que cantarán a su lado. Es cuestión de escuchar los primeros acordes para que Regina, Verónica, Iraida, Elena y Natalia se ensamblen sin problema alguno en las rolas que les corresponden. Si ellas no tienen problema, mucho menos Julia González, cuya portentosa voz ha sido fundamental en el renacimiento de la bluesera, de quien primero fue alumna y ahora es su par más cercano.

Títulos como "Aquí me ves", "María", "Y entonces el amor", "Todo por servir" y "Sexy a los sesenta", conjugan el canto con el rap y el spoken word. La artista aprovecha lo que le dejó cantar el blues de autores como Muddy Waters, las rancheras de José Alfredo o los boleros de Lara: si en ellas el dolor personal y colectivo se sugería a través de la ironía, en las nuevas letras se aborda sin rodeos el desencanto de los tiempos actuales. "El país nos duele, nos preocupa. Es una época difícil para muchos ámbitos de la ciudad y del país: tenemos una clase política que no nos convence y uno expresa estas inquietudes en ciertas canciones", puntualiza Betsy, y lo demuestra en temas como "Ya me cansé".

La Ciudad de México, que ha acogido a la cantante, está muy bien representada por una de las piezas más bellas del nuevo repertorio: "Declaración de amor", estructurada a partir de los versos de Efraín Huerta.

Mientras ensaya ésta y otras piezas, Betsy da apuntes breves y precisos a sus músicos sobre cómo le gustaría que sonara cada acorde, sea al principio o al final de la rola. Y ellos entienden. Proponen algo y ella escucha, hacen acuerdos. Cuando no canta, cierra sus ojos para entrar en comunión con la voz de sus compañeras y el sonido de su banda.

¿Se extraña el repertorio anterior?
No. En este momento estoy pariendo otros hijos. Los anteriores ya son adultos y viven su propia vida: no se han muerto, permanecen en discos. Ave Phoenix es un momento en el que estoy resignificando mi vida y mi música, es un momento en el que me siento muy afortunada, sobre todo por el grupo de gente que tengo alrededor.

Desde la comodidad de un amplio sillón, en el cual ha permanecido durante todo el ensayo, Betsy Pecanins está en pie de lucha, dispuesta a cumplir con otros versos, también de Rafael Mendoza: "Si la voz se quebranta, es la entraña la que canta".

Betsy Pecanins Ave Phoenix.
Teatro de la Ciudad Esperanza Iris. Donceles 36, Centro. Metro Allende. Sáb 29 de agosto 7pm. $106-$234.

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