Los Hunos, banda callejera de la CDMX
Foto: Alejandra Carbajal

Los Hunos, música callejera para alegrar el trayecto

Platicamos con Federico Peralta García, líder de la banda que musicaliza las tardes del Centro Histórico

Gil Camargo
Mattza Tobón
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Las voces de los vendedores a la salida del Metro Allende se ven poco a poco opacadas por la música de Los Hunos. Entre todo el bullicio y los diversos sonidos del Centro Histórico destaca el conjunto musical conformado por personas ciegas y con debilidad visual. Desde 1983 forman parte de la escena sonora del centro de la Ciudad de México, específicamente de la ambientación en la esquina de Motolinía y Tacuba.

Con el paso del tiempo han ido y venido integrantes —actualmente Isaid Mendes, Blanca Flor Julian, Ramiro Fernandez, Federico Peralta y Valentina Nestor—, al igual que propuestas de locaciones, pero su ubicación en las inmediaciones de esa estación del Metro sigue. De lunes a viernes, entre las dos y las seis de la tarde, tanto Los Hunos como los peatones se dan cita para una buena sesión de música y baile al aire libre.

Federico Peralta García es a quien deben el nombre de la agrupación, realmente no hay una razón de la selección del nombre, mas que memorias sobre la primaria. Sin embargo, es su identidad. Federico resalta la satisfacción de levantar los ánimos de la gente en momentos tristes o simplemente darles ratos de más alegría con su espectáculo.

Foto: Cortesía Alejandra Carbajal.

El género preferido de Federico es la cumbia, que no es para nada difícil de encontrar: “esa la encuentras en los micros, las combis, en los comercios y entre los lugareños de los barrios del
centro”, comenta. Aunque la preferencia del género varía entre integrantes, todos podrían coincidir en que disfrutan de los aplausos y las felicitaciones después de cada interpretación.

A pesar de que las quejas de los locatarios a veces restringen su labor, con el teclado, las percusiones, la voz —y en ocasiones la guitarra eléctrica—, pasan horas tocando canciones para bailar y cumpliendo peticiones del público. A pesar de hacerlo con gusto y disfrutar su trabajo, Federico admite que preferiría nunca volver a tocar las canciones de Caballo Dorado.

“Cada ciudad tiene sus propias costumbres de sonido y con eso la gente se va identificando. Aquí hay muchos sonidos diversos porque hay mucha gente que venimos de fuera, así que traemos ese arraigo por nuestro sonido natal”, dice. En el caso de Federico, su sonido natal es el son huasteco; originario de la sierra veracruzana y, lamentablemente, menciona: “no solemos tocarlos porque no tenemos los instrumentos y no los sabemos tocar”. Teniendo presente la conformación poblacional de la CDMX, Federico afirma que la capital suena a diversidad.

Después de hacer que la semana de muchos transeúntes comience y termine llena de emociones y energía, Los Hunos recogen su escenario, regresan al edificio Cobo, su centro de operaciones, donde conviven un rato y se despiden esperando el próximo encuentro musical.

Recomendado: Sergio Díaz, el recolector de sonidos de la CDMX.

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