Terence Blanchard y su leyenda

"La trompeta es el espejo de la mente"

Terence Blanchard
Foto: Cortesía Festival del Centro Histórico
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Nueva Orleans fue una de las primeras ciudades en albergar los sonidos del jazz, género que se forjó en los más diversos estilos, ya que comparte raíces con la música europea y la que vino de África con los esclavos. En esta ciudad confluyeron las culturas francesa, anglosajona y africana, lo que dio lugar al ragtime, swing, hot jazz y dixieland. Casi seis décadas más tarde, la misma ciudad vio nacer a Terence Blanchard, hoy día ícono del género.

Con motivo de su visita a nuestro país, invitado por el Festival del Centro Histórico, platicamos con él. Su concierto tendrá lugar en el Zinco Jazz Club.

Blanchard tiene una de las trayectorias más completas que un músico pudiera desear. Es profesor de la Universidad de Miami, busca talentos, compone bandas sonoras y, además, es considerado una de las figuras más importantes del renacimiento del jazz.

"No pienso en eso. No tengo mucho que decir. Lo que hago no lo hago ni por los premios ni por el reconocimiento. Lo mejor que puedo hacer es concentrarme y dar lo mejor de mí", explicó el trompetista.

Su música nos remite poderosamente a los sonidos de esos Estados Unidos en blanco y negro, donde se fumaba en los bares y tanto el más rico como el más pobre vestía con traje y corbata. Nos contó cómo fue educado en la música desde muy temprana edad, así como de sus grandes influencias: Dizzy Gillespie y Miles Davis. "Cuando conocí a Miles fue muy alentador conmigo, de gran apoyo y muy honesto. Cuando le preguntaron por jóvenes músicos de jazz habló de mí".

Fue parte de los famosos Jazz Messengers de Art Blakey cuando éste lideraba la mítica agrupación: "Toqué con los Messengers por cuatro años. Blakey tenía una personalidad muy poderosa que unía a los músicos para sacar lo mejor de ellos. Sin duda una persona de la que aprender".

Con respecto a la escena del jazz de nuevo orden, agregó: "La escena del jazz en Estados Unidos es muy sana. Hay mucha gente joven que contribuye de manera brillante al mundo de la música. Es increíble ser testigo y parte de todo esto".

También nos platicó que estuvo en México en la década de los ochenta. "Fue una experiencia muy buena. No pude disfrutarlo tanto como hubiera querido, porque al final tuvimos que dejar el país antes de lo previsto, pero lo que pude ver me fascinó. No sé lo que me voy a encontrar ahora, por eso estoy contento de venir, para tener la oportunidad de ver la cultura, la ciudad. Estoy verdaderamente emocionado por conocer cosas a las que normalmente no tendría acceso".

Cuando le comentamos que Paco de Lucía, guitarrista de flamenco español fallecido el 25 de febrero en Playa del Carmen, dijo que la guitarra era una hija de puta, le preguntamos qué tenía que decir él de la trompeta. Tras las risas, dijo: "La trompeta es un espejo de la mente. Cualquier cosa que piensas sale del instrumento. Eso es lo maravilloso".

Con respecto a su show concluyó: "Del jazz puedes esperar una música muy emocional, que a veces puede ser divertida y otras oscura, pero sobre todo, en cuanto al concierto, puedes esperar algo de alto nivel".

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