Todos creíamos que habría algo más entre Woody y Betty, la pastora. Sin embargo, por cuestiones del destino, Betty no resistió al paso del tiempo.
La frase “lo que no mata te hace más fuerte” encaja perfecto con este personaje. Inicia con una actitud muy arrogante pero, al perder su brazo, aterriza de su gran “viaje” espacial y cae en la cuenta de que es como cualquier otro juguete. Buzz tiene varios momentos memorables, como cuando logra volar en el cuarto de Andy, cuando descubre que Zurg es su padre o cuando enamora a Jessie con un acento español.
La más divertida e intrépida de todos los juguetes. Siempre tiene una sonrisa en el rostro, pese a que no olvida la manera en que su dueña la dejó en el olvido. La letra de “Cuando alguien me amaba” y la interpretación que hace Jessie, vuelven esta canción una de las más tristes de la trilogía.
No son los más bonitos ni los más divertidos, pero los marcianos de Toy Story merecen un lugar entre nuestros favoritos al decir frases tan simples como “La garra” o tan honestas como “nos has salvado y estamos agradecidos”.
Uno tiene los brazos tan cortos que no puede jugar bien a los videojuegos. El otro puede estirarse tanto que es indispensable su presencia para completar las misiones de Woody y Buzz. Rex y Slinky son garantía de risas en cada participación que tienen.
Pueden perder los ojos, las manos o la boca, pero nunca la cabeza. La facilidad con la que estos juguetes se desarman, convierten al Señor y a la Señora cara de papa en piezas infaltables para las aventuras de Woody y Buzz.
Aunque con todos se lleva bien, el verdadero amigo fiel de Woody es Tiro al blanco. No habla, pero con esa mirada transmite pura ternura.
Pese a que su carácter explosivo no le ayuda, es imposible no querer a un vaquero divertido y que te invita a jugar con él con frases como “Hay una serpiente en mi bota” y “Manos arriba, vaquero”.
Te recordamos por qué es de nuestras películas favoritas
La habitación de Andy es el sueño de cualquier niño. La decoración hace referencias a los vaqueros del medio oeste, todo por su juguete favorito: el cowboy Woody. Lo mejor de todo es que, cuando Andy no está, todos sus juguetes salen del baúl para divertirse… hasta que llega Buzz Lightyear, un astronauta que va al “infinito y más allá”. Woody se muere de celos y mete a todos en serios problemas.
El conflicto: Los juguetes se debaten por ser el “favorito”.
Woody y Buzz dejaron de lado sus diferencias y parece que todo marcha de maravilla. Sin embargo, el dueño de una juguetería secuestra a Woody para complementar una colección, mandarla a un museo en Japón y cobrar así una gran suma de dinero. El vaquero conoce a Jessie, Capataz y Tiro al blanco.
El conflicto: Permanecer en una vitrina para ser admirado por millones de personas, o quedarse con Andy, con la posibilidad de que él abandone a los juguetes.
Andy está por entrar a la universidad –al igual que los niños que crecieron con la saga- y tiene que depurar su cuarto: elegir los juguetes que se irán al ático y los que se llevará con él. Entre el caos de la mudanza, las pertenencias de Andy llegan accidentalmente a una guardería. ¿Quién no lloró con el desenlace de la trilogía?
El conflicto: Asumirse como juguetes olvidados o ser parte de una peligrosa guardería.
Discover Time Out original video