Fan Fest Intergaláctico 2024: sablazos de luz y la voz de C-3PO
Ilustración: Cortesía Panini Comics
Ilustración: Cortesía Panini Comics

Rockstar Comic: Star Wars Especial C-3PO

Isaac Asimov y algunas preguntas sobre los robots en los cómics salen a relucir mientras lees este título.

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A veces menospreciado por aquellos que se quedan solo con los referentes más inmediatos y popularizados por los productos destinados al mero entretenimiento, el robot no solo es un recurrente dentro de la ciencia ficción, sino que se ha convertido en uno de los vehículos ideales para desarrollar retratos críticos con respecto a los escondrijos de nuestra propia naturaleza. Prueba de ello es Isaac Asimov, quien teniéndole como punto de partida, entregó reflexiones sobre el significado de aquello que nos hace humanos, así como exposiciones sobre la comprensión y la empatía hacia las diferencias.

Fue este mismo autor ruso el que consolidó las llamadas tres leyes de la robótica, sobre las cuales se rige el universo que fue construyendo a través de sus escritos, las cuales han sido referidas y hasta reinterpretadas en otras obras; por ejemplo, en el evocador anime Eden, recién estrenado por Netflix.

Es curioso que Star Wars, en contraste, al ser una de las sagas de fantasía y ciencia ficción más influyentes dentro de la cultura popular, estar plagada de robots e incluso teniéndoles como parte de los protagonistas, tenga tan pocos pasajes enfocados en las implicaciones de su existencia. Es por ello que mas allá de la conexión que tiene con la línea cinematográfica principal, cobra relevancia Star Wars Especial C-3PO que fuera publicado en formato de One-Shot, entre El despertar de la Fuerza (2015) y Los últimos Jedi (2017).

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Y es que a partir de que un grupo de droides encabezados por C-3PO quedan varados en un planeta hostil, nos presenta una travesía que aprovechando las funciones para las que fueron construidos cada uno de ellos; algunos destinados a la construcción, otros al auxilio médico, otros más a la protección y el combate, aunado a que no todos articulan palabras, sino que solo emiten sonidos. De esta forma, adquiere un alto grado de dramatismo, pero sobre todo arroja cuestionamientos sobre lo que define este tipo de inteligencias artificiales, de acuerdo a los lineamientos de la imaginería a la que pertenecen.

Así entonces, sabemos que muestran rasgos de lealtad pero, ¿qué tan real es cuando, a pesar de los distintos grados de conciencia que poseen, no tienen libre albedrío y además se les borra la memoria a conveniencia de sus dueños? ¿Y acaso no es posible que queden recuerdos de su pasado, empujándoles a una disyuntiva ante la que se supone no tienen la capacidad de decidir? También los hemos visto establecer largas alianzas entre ellos, ¿esto quiere decir que pueden forman vínculos con sus iguales? ¿Y que tanto está delimitado por la presencia humana? ¿Y que pasaría si estuvieran solos como en este caso?

Esas son solo algunas de las preguntas que surge y le dan forma a Star Wars Especial C-3PO, publicado por Editorial Panini. Sin duda, es una pequeña joya de lo que ha sido la reorganización del Canon realizada por Disney dentro de los cómics. ¡Ah, sí!, también explica la razón del brazo rojo que lució un tiempo el personaje, en la última trilogía fílmica de la franquicia.

Lee más de Rockstar Comic, la columna de Jesús Chavarría

  • Qué hacer

A partir de la investigación encabezada por James Gordon, sobre el asesinato cometido aparentemente sin sentido por el Acertijo, la cual da pie a inquietantes interrogatorios, violentas pesquisas y sangrientos escapes, entregando de paso cruentas declaraciones que hacen referencia a joyas del mundo de las viñetas como Batman: Killing Joke, las cuales van más allá del simple fanservice, adquiriendo un fatídico peso dramático dentro de la trama; se desarrolla otro más de los acostumbrados y siempre interesantes acercamientos de Tom King a los rasgos patológicos latentes en la mitología de los superhéroes, en este caso la generada alrededor del vigilante de Ciudad Gótica, quien esta vez luce más despiadado, asqueado y enfermo que nunca.

Yendo y viniendo entre su pasado escolar y de violencia familiar que detonó su obsesión por los enigmas que de ser su peor pesadilla pasan a ser su estilo de vida, y su presente de retorcidas y despiadadas manipulaciones que hacen de la coacción un sangriento mecanismo que cobra víctima tras víctima y empuja a sus oponentes a un callejón del que solo hallarán la salida si trastocan de forma irremediable sus principios y abandonan sus escrúpulos, es que aquí son expuestos los orígenes de quien es conocido como el Acertijo.

Los trazos delgados que recorren como grietas las pinceladas granosas de color, sobre viñetas que se desdibujan como los límites entre la razón y la demencia, en secuencias recargadas que se pasman en ilustraciones a página completa para enfatizar el panorama desolado e infeccioso de una urbe sin salvación; son el reflejo ideal creado por el artista Mitch Gerards, para redondear la justa y enfermiza reivindicación de un villano clásico como uno de los enemigos más interesantes, infames y peligrosos del legendario Batman.

Batman One Bad Day: The Riddler es un pasaje relativamente corto pero no por ello menos brutal. Lo publica Panini Comics en elegante edición de pasta dura con un sutil toque de quinta tinta para el título, e incluye una galería de sugestivas portadas alternativas realizadas por gente como Brian Bolland, Jim Lee y Jorge Fornés que terminan por convertirle en un verdadero objeto de colección. 

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