En 1936 abre sus puertas sin que el tiempo pase. De raíces vascas, este restaurante ha servido suculentos langostinos a la plancha a presidentes, aromáticas sopas de mariscos a celebridades, percebes frescos a plebeyos, y angulas y langostas a caciques de barrio. Así lo reflejan las servilletas autografiadas que llenan sus paredes. Debes conocerlo.
Uno de esos lugares que seguramente visitaban tus papás y donde la estrella es el pescado a la sal. Cada robalo entero se cubre con una costra de sal, y de ahí directo al horno sin condimentos ni alguna otra especia. La costra de sal sella perfectamente el pescado y se cuece en sus propios aromas y jugos. Dando como resultado un sabor natural, suave y, curiosamente, nada salado.
Una marisquería auténtica con comida nayarita que, sirviendo comida tradicional, recuerda a sus clientes la importancia de la cultura huichol. Tienen especialidades como aguachile de camarón, tostada de marlín ahumado y pescado sarandeado, pero no se pueden ir sin probar el chicarrón de pescado con aguacate.
Un clásico de Coyoacán. La Chaparrita ofrece desde hace más de 51 años el perfecto antojo para los vecinos del sur y no tan sur. Fue muy difícil elegir, pero la tostada de pulpo se lleva las palmas; si no tienen antojo de mariscos también tienen cochinita pibil, pata y salpicón. Además de agua de mandarina deliciosa.
La sopa faro se elabora con camarones pacotilla, ostiones, pulpa de jaiba y pescado desmenuzado. El sabor, a pesar de la poca variedad, es realmente bueno. Supongo que el éxito se debe a que los ingredientes están en un caldillo de jitomate, bastante caliente por cierto, con cilantro fresco. Las porciones son vastas.
Lo mejor son los precios. Podemos encontrar tacos de pulpo desde 35 pesos o platillos como los camarones zarandeados por 145. No lo confundan con el restaurante sinaloense. Esta es una de las mejores cocinas de mariscos de la Del Valle. Su must: camarones al mango.
Discover Time Out original video