Alache

  • Restaurantes
  • Cuauhtémoc
  • precio 2 de 4
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
  1. Foto: Alejandra Carbajal
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  4. Foto: Alejandra Carbajal
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Time Out dice

4 de 5 estrellas

Qué bueno es ver que jóvenes chefs se lanzan a abrir su propio restaurante. Es el caso de Alejandro Zárate, quien antes de abrir Alache (un tipo de quelite con flores violetas) fue jefe de cocina en Estudio Millesime; también trabajó en Candela Romero, Rosetta y Kaye en México, y en Peska Houston y Boragó en Santiago de Chile. Todo ese bagaje se decanta en una cocina mexicana contemporánea, que se sirve en un pequeño comedor con ocho mesas.

De lunes a viernes hay desayunos y un cambiante menú de tres tiempos por 220 pesos, mientras que los fines se organizan colaboraciones con otros cocineros. El día que lo visité se presentaban como parte del equipo la mexicana Claudia Muñoz y el sevillano Antonio Vázquez, y entre los tres armaron un interesante menú, con antojitos que echaban a andar la saliva, como el sope de papada y chorizo (Zárate), el dim sum de barbacoa (Muñoz) y la sierra en jugo verde (Vázquez), y platos fuertes con carácter, como el mole con aguacate y ajo negro (Vázquez) y el impecable short rib con chile catarina y puré de camote (Zárate). Los dos postres me parecieron brillantes, uno era una variación de la tradicional calabaza en tacha (Muñoz), servida con papaya, praliné de pepitas y helado de hierba luisa; el otro, bautizado Mellow Yellow, como la canción de Donovan (Zárate), era un juego monocromático en matices de amarillo, con un sorbete de mango, sopa dulce de maracuyá, piña fermentada y naranja china caramelizada, súper refrescante y con un nivel de dulzor perfectamente calibrado.

En Alache los aspectos técnicos de la cocina están bien resueltos: el punto de sal en equilibrio, las frituras ligeras, los caldos correctamente clarificados, los molitos tersos, nada pesados, intensos en sabor; además se nota una búsqueda de estilo en el uso de acentos herbales y en los picores elegantes y medidos, usados más en su vertiente aromática que solo para enchilar. Así, sí vale la pena desafiar al tráfico de la ciudad para llegar hasta esa ignota zona de oficinas, y detalles nimios como la dudosa decoración (quiten esas plantas de plástico, por piedad) quedan más que compensados por el servicio atento, la gran selección musical y la buena, muy buena comida.

Escrito por
Una Pérez Ruiz

Detalles

Dirección
Manuel Villalongín 88
Renacimiento
México, D.F
06500
Contacto
8435 9106
Transporte
Metrobús Reforma
Precio
Consumo promedio por persona $300
Horas de apertura
Lun-vie 8am-6pm
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