Con la explosión italiana que de unos meses acá ha inundado la escena culinaria de la CDMX, es fácil perderse entre tanto gelato, bar de aperitivos o restaurante especializado en pasta fresca. Éste lugar en especial nos emocionaba porque una de las mentes que están detrás es 100% sarda.
Maura Lawrence Milia —a quien conocimos junto a Alex Lawrence en la creación de los drinks de grifo del bar Outline— es originaria de Arixi, un pueblo en Cerdeña de apenas 400 personas. Café Arixi es el nuevo proyecto de la pareja en conjunto con el maestro de los negocios, Walter Meyenberg. Aquí encontramos menú muy breve, pensado para una casa que aprovecha distintos espacios: una gran barra de tragos, un patio trasero con vista a la cocina, o el segundo piso para una cita íntima.
Lo primero fue estudiar el menú de cocteles, que se divide en herbales, frutales, o especiados, cada uno con perfiles y técnicas bastante complejas, pero me habían contado que el martini de Café Arixi está peleando por el primer puesto entre los que aman este coctel, así que había que probarlo. Con notas a campo y más suave que un martini clásico, el Arixi Martini lleva gin, destilado de laurel, y unas gotas de chile, perejil y aceite de hongos.
Pedimos las croquetas de Por recomendación de Maura, probamos la estrella de la casa: la Malloredus, una pasta fresca con una forma similar al gnocchi (aunque ésta no lleva papa). Se trata de una receta de la mamá de Maura con ragú campidanese, azafrán e hinojo silvestre y mucho queso pecorino. Ella vino expresamente de Arixi para enseñarle al equipo el santo y seña de su preparación.
También probamos el Ravioli relleno de pulpo, con salsa de tomate, botones de queso ricotta. y albahaca freca, va servido sobre una base de un muy consistente puré de papa. Un toque de fuego a la orilla hace que el plato parezca una pizza, y ¡vaya pizza!
Y como tenía que ser en cualquier restaurante italiano que se visita por primera vez, se cerró con el tiramisú de la casa. Poco dulce, mucho aire y el sabor del café presente, es todo lo que pido para ser feliz.
La vibra: El espacio es versátil tanto para ir a echar un drink en la barra, como para una comida más formal en el patio rodeado de vegetación.
El plato: cualquiera de sus pastas, pero especialmente la la Malloredus, por el factor emocional.
El trago: El Arixi Martini si te gustan herbales, si prefieres algo más frutal pero innovador, prueba su Mamey Spritz, con ron Zacapa, mango fino, mamey y un toque de miel.
Tip de Time Out: Los lunes hay un menú espacial con aperitivo, un platillo y pasta, más una copa de vino por $380 pesos.
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