Cortile significa “patio” en italiano, de ahí el concepto gastronómico muy relajado de este lugar que se ha convertido en un favorito de los sureños que aman el vino y la pasta.
El diseño, suave y familiar, se centra en materiales como el ladrillo y la piedra, con una arquitectura influenciada por la estética italiana, lo cual lo vuelve un lugar muy cálido.
Al mando de la cocina está la talentosa chef Atala Olmos, con una trayectoria de más de 20 años en el medio gastronómico en propuestas como Rocasal.
Entre las especialidades de Cortile destaca la imperdible flor de calabaza rellena de queso ricotta y anchoas ‘nonna style” como entrada. A lo que sí o sí debe seguir una pasta clásica italiana recién hecha como tagliolini tartufo con espuma de parmigiano, mantequilla de rancho y trufa, o una carbonara. Como plato fuerte, nos encantó la pesca del día, una lubina en salsa de estragón con puré de coliflor y shishitos fritos, acompañada de una ensalada muy fresca de betabeles rostizados con jocoque orgánico y nueces de la India.
La cava en este lugar es uno de sus puntos fuertes…estudiaron su ubicación a detalle con tal de conseguir la temperatura adecuada para su selección de vinos italianos, españoles, mexicanos y estadounidenses, no te preocupes y sigue sus recomendaciones.
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