Don Chui

¿Qué diría Mao de un negocio capitalista erigido en su honor? Probablemente le gustaría que se tratase de un restaurante; de preferencia, uno que sirviera unos buenos dumplings.

Don Chui se encuentra en el corazón de Polanquito y se presenta a sí mismo como una “lonchería china”. En realidad de lonchería tiene poco, pues los platillos son tan abundantes como en cualquier local de paredes rojas y dragones dorados que se respete.

Ahora, si hablamos de dragones aquí no los encontrarás. Bueno, al menos no en las cantidades de los buffets de comida cantonesa del Centro Histórico. Toda la decoración alude a la China comunista: estrellas rojas, afiches de Mao Zedong mientras mira al horizonte y paredes que nos hacen sentir como en un búnker colocado en el centro de la Plaza Tiananmen. Excepto que el lugar está plagado de oficinistas que representan más bien la antítesis del comunismo. 

El menú sigue la misma receta que todos los restaurantes chinos, con chow mein, noodles, arroz frito y una variedad de carnes bañadas en salsas agridulces y de consistencia melosa. Pero los dumplings de camarón con callo de hacha resultan deliciosos. No sé si tanto como para convencer a Mao, pero son tiernos y con un ligerísimo sabor a mar que al, combinarse con lo agridulce de la salsa, se convierten en una botana maravillosa.

Nos fuimos por la segura y pedimos un pollo agridulce como plato fuerte. Resultó mucho menos convincente que los dumplings, pues estaba demasiado dulce y la carne se había pasado de cocción. Acompañado con una porción de arroz frito con vegetales (me quedaría solamente con este arroz), funciona para llenar el estómago, pero nada más.

Para mayores apetitos está el pato laqueado, completo y deshuesado. Dorado, con una capa crujiente y servido en tacos; dicen que tarda varias horas en cocinarse.

Don Chui es una buena alternativa en Polanquito para un tentempié asiático y un coctel fresco antes de continuar la noche en un antro de la zona.