Si un domingo llegó de visita tu tía la cosmopolita y se ha juntado en tu casa una buena cantidad de parientes para hacer tu día colorido, no es sensato que te disfraces de anfitrión y trates de ingeniártelas con los congelados de tu refri. Llévatelos a El Bajío, especialistas en familias y antojos grandes.
Hagan de las muchas pintorescas mesitas una sola y pide una jarra de horchata y unas gorditas de requesón en lo que se deciden entre los chamorros, el pollo con mole o un consomé “con harto chile”, por si amaneciste enfiestado. Si después de comer, como dice mi abuela, buscas algo “pa' que resbale”, pide el requesón con miel de piloncillo, entre dulce y acidito.