Le Petit Resto

  • Restaurantes
  • Ciudad de los deportes
  • precio 3 de 4
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
  1. Foto: Alejandra Carbajal
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  3. Foto: Alejandra Carbajal
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  4. Foto: Alejandra Carbajal
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Time Out dice

4 de 5 estrellas

Entre vialidades, puentes y edificios, hay una casa pintoresca que prepara lo más tradicional de la cocina de Francia. Con el hervor esporádico de las salsas, mantequilla, harina, quesos y hierbas frescas, el chef Jean-Louis Raffier lidera las estufas y ha logrado crear un espacio que es territorio francés.

Las paredes en madera, del mismo color del parquet encerado del piso, lámparas y candelabros que relucen tenuemente y reflejos de la cristalería sobre manteles largos; no se puede poner más romántico que eso y queda claro que si en un lugar del mundo saben poner la mesa, es en Francia.

La comida sabe diferente cuando concierta con la ambientación, adquiere una sazón particular y como si estuvieras en un bistro en alguna esquina de Paris, aquí sirven los grandes clásicos desde 1991. Se trata de un restaurante petit con cocina francesa de grandes proporciones sin dejar de ser relajado.

Libera las endorfinas con una sopa de cebolla, es a la antigua y la sirven en el auténtico tazón de porcelana con queso gruyère gratinado. Si prefieres algo más sustancioso está la densa crema de cangrejo, con un ligero sabor a tomillo fresco. Si vas con muchas personas o quieres compartir te recomiendo que pidas los vol-au-vent (volovanes) de ternera o de mariscos. Si quieres sorprender, están los escargots (caracoles) bañados en mantequilla y hierbas frescas; son de textura muy suave y la salsa tiene todo el aroma de ajo para maridarlo con un vino blanco potente.

De la selección de crepas no hay una que falle, pero por alguna razón la de mariscos o la de champiñones me obligan en cada visita. Son grandes, así que es mejor compartirlas o considerarlas tu platillo fuerte (a que no); despiden un aroma a vino y a especias mientras el queso aún burbujea. Buena suerte al tratar de cortar la hebra de queso derretido del plato a tu boca.

Para el fuerte te puedo recomendar dos polos opuestos: el magret de pato a la naranja o el filete de res en salsa de roquefort. El primero es terso, de aromas más frutales y la carne suave, mientras que el segundo es intenso, con el dorado de la carne, la pimienta blanca y el queso roquefort (azul) que permea cualquier otro gusto. El cordero a la provenzal no tiene igual. ¡Vino tinto de crianza para todos!

Foie gras, terrinas, patés y galantinas (cuando hay), lo que busques de la cocina francesa el chef Raffier le da su toque. Si te sientes un poco perdido y con antojo de todo el menú, pide el menú degustación para que el chef te ofrezca una selección de platillos de su cocina.

Sin necesidad de descripción, de los postres pide el crème brûlée o la tarta tatin flameada; para que se te termine de pintar la cara en azul, blanco y rojo.

Escrito por
Bernardo Robredo

Detalles

Dirección
San Antonio 100
Nápoles
México, DF
03710
Esquina con
Indiana
Contacto
5611 9128
Transporte
Metrobús Colonia Del Valle
Precio
Consumo promedio por persona $400
Horas de apertura
Dom-lun 1:30-6pm, mar-mié 1:30-7pm, vie-sáb 1:30-10pm
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