1. Foto: Alejandra Carbajal
    Foto: Alejandra Carbajal
  2. Foto: Alejandra Carbajal
    Foto: Alejandra Carbajal
  3. Foto: Alejandra Carbajal
    Foto: Alejandra Carbajal
  4. Foto: Alejandra Carbajal
    Foto: Alejandra Carbajal
  5. Foto: Alejandra Carbajal
    Foto: Alejandra Carbajal
  6. Foto: Alejandra Carbajal
    Foto: Alejandra Carbajal
  7. Foto: Alejandra Carbajal
    Foto: Alejandra Carbajal
  8. Foto: Alejandra Carbajal
    Foto: Alejandra Carbajal
  9. Foto: Alejandra Carbajal
    Foto: Alejandra Carbajal
  10. Foto: Alejandra Carbajal
    Foto: Alejandra Carbajal
  • Restaurantes | Cafés
  • precio 1 de 4
  • Roma
  • Crítica de Time Out

Reseña

Quentin

4 de 5 estrellas
Publicidad

Time Out dice

Es un local pequeño con un profundo aroma a café recién molido. Al entrar, lo primero que ves al fondo es una barra diseñada de manera elegante con mármol, el mismo material usado en sus mesas redondas. El espacio se asemeja a un pasillo que de cualquier manera te llevará hacia la barra a solicitar tu bebida con los baristas. A mano derecha la pared es de ladrillo pintado de blanco y la pared izquierda está recubierta de madera con rayas negras que forman trapecios; ahí pusieron un librero con revistas y material relacionado al café y su especialización, junto con un tocadiscos y sus acetatos. 

El lugar tiene personalidad, aunque tradicional de la Roma, es particular pues hay un cierto cuidado en el diseño de los espacios y la infusión del café camina por la misma línea. Pedirle un café a los baristas de Quentin es un ritual; uno que no será rápido ni descuidado, sino, será sencillo y con un importante trabajo de selección por parte del equipo de Quentin. “No te fijes en los métodos de extracción, dinos qué tipo de café te gusta y te recomendamos qué pedir”, me dijo el barista en jefe al notar que analizaba cada uno de los elementos en su pizarrón.

Encontré que tienen granos como el Ninga de Burundi y el Kiaguthu de Kenya, también Santo Tomás de Colombia o de Pacamara. Pedí un espresso de grano Gaharo, también de Burundi, África; me entregaron la infusión de un sabor ácido y fresco, muy frutal. A pesar de llevar un tostado medio, este grano resultó tener una potencia increíble y evolucionaba con cada trago; primero aparecieron los frutos rojos tanto en nariz como en boca, luego cítricos y así sucesivamente hasta que al final, quedó un sabor ligera y agradablemente amargo.

Sus espressos siempre son dobles y no pasa nada, cuando el café está recién molido y el proceso de elaboración es correcto, la cafeína se siente como si te enjuagaras la cara con agua fresca, sólo para renovarte. Puedes aprovechar la degustación de dos espressos dobles sin ningún problema. Si te da hambre, prueba un sembuzak –empanada–, un sándwich o cualquiera de sus productos de panadería.

En Quentin encuentras nuevos estilos de café, es una cafetería perfeccionista con un cuidado esmerado del producto base. Cuentan con todos los métodos de extracción como el dripper, chemex o sifón japonés, con ellos los baristas de Quentin preparan cafés artesanales. 

Detalles

Dirección
Álvaro Obregón 64
Roma
México, DF
06700
Transporte
Metrobús Jardín Pushkin
Precio
$100
Horas de apertura
Lun-mié 8am-10pm, jue-sáb 8-1am, dom 8am-10pm
Publicidad
También te puede gustar
También te puede gustar