Raquel Moussali y Djenny Jean-Baptiste son dos amigas que compartían un gran problema capilar: sufrían de resequedad, frizz y sus rizos cada vez lucían menos definidos. Cansadas de probar decenas de cremas y tratamientos, decidieron crear ellas mismas un producto que le devolvería la vida a su cabello.
Para lograrlo, Raquel le pidió ayuda un bioquímico, quien preparó una fórmula especial para sus rizos. El resultado fue mejor de lo que esperaba, su melena revivió y se robó la atención de todos. Dos años después de descubrir la fórmula mágica, Raquel y Djenny abrieron su propio salón de belleza. Ubicado en Polanco, el lugar se especializa en hidratar el cabello por medio de un tratamiento que se compone de cinco fases: hidrata, da brillo, suaviza, ofrece flexibilidad y define el cabello.
El procedimiento que siguen con los clientes es preguntarles qué clase de problema tienen. Con base en tu respuesta y en tu tipo de cabello (chino o lacio) su equipo empieza a consentirte. Primero te lavan el pelo con un shampoo exfoliante que acaba con las impurezas, luego aplican el shot de hidratación y sellan el cabello con una crema artesanal libre de sulfato y parabenos. Te secan el pelo con una toalla de microfibra que por un lado absorbe el agua del cabello y por el otro aporta brillo. Ten en cuenta que esta sesión dura por lo menos una hora, así que ve con tiempo y no te desesperes.
Al terminar saldrás con una melena visiblemente hidratada y más de una persona te preguntará que te hiciste en el cabello (comprobado). Eso sí, para mejores resultados deberás comprar el kit para seguir el tratamiento en casa (la belleza cuesta). También puedes regresar quincenal o mensualmente al salón por tu shot de hidratación. Y si eres de cabello ondulado o rizado no dudes en hacer cita para un corte, cuentan con un estilista especializado en toda clase de rizos.
