Bye bye bird es una puesta en escena suave y transgresora como suele llevar el drama el director Alejandro Ricaño (Lo que queda de nosotros). Nos presenta un mundo muy común en nuestro país, donde los jóvenes se ven sumergidos en la ignorancia y conviven en una unidad habitacional en la que existe su propia ley. Viven día a día en la brutalidad cotidiana de la delincuencia.
La doctrina gringa afroamericana que pareciera ser el anhelo de los protagonistas incluye sexo sin condón, amor por las esposas de los demás, malas palabras y música de Bob Dylan y, es bien personificada por el humor natural de los protagonistas Sara Pinet, Luis Eduardo Yee y Ricardo Rodríguez. Ellos cuentan con el tono exacto y una corporalidad precisa que deja claro que entienden y disfrutan cada momento de la historia.
La escenografía a cargo de Jesús Hernandez y la iluminación de Matías Gorlero rematan esta comedia con tintes musicales escrita por el joven José Manuel Hidalgo, quien con sólo 23 años de edad nos hace reflexionar sobre todos aquellos que no escogieron vivir en el infierno pero hacen lo imposible para sobrevivir.