Al principio fue la desnudez, el juego, el descubrimiento: la libertad. Luego vino el juicio, el pudor, la vergüenza: los atavismos. La Alemania de finales del siglo XIX enmarca una historia que ha trascendido tiempos y fronteras porque atañe a cualquier sociedad actual, Despertar de primavera. El paso de la niñez a la pubertad y de allí a la adolescencia es ejemplificado en las vidas agridulces de los amigos Melchior, Moritz, Wendla e Ilse, protagonistas de este clásico del teatro alemán que regresa bajo la dirección y producción de Diego del Río.
Con la traducción de Karen Woodin, Del Río dirige a un ensamble de jóvenes actores a los que desplaza a lo largo y ancho del Centro Cultural Galera, convirtiendo mesas, escaleras y bodegones en el escenario ideal para darle una nueva dinámica a esta tragedia cuya densidad y dinamismo sigue resonando, puesto que el abuso, el aborto y el suicidio continúan lastimando a los más noveles de cualquier sociedad.
A través de diálogos plenos de poesía, lanzados en un estilo que visita el naturalismo, el expresionismo y el distanciamiento brechtiano, este despertar ensambla lo más clásico y lo más actual de las formas teatrales. El músico y compositor Andrés Penella reúne un exquisito mosaico de ritmos y géneros musicales que acompañan esta historia en la que todos cantan, tocan algún instrumento y, cuando les es permitido, corren, juegan e intentan ser libres.
Ana Guzmán Quintero, Eugenio Rubio, Francisco José Gómen Covián, Sharon Ayon, Sebastián Dante, Alonso Morelos, Diego Virgilio Meléndez, Yoalli Michelle Covarrubias, Lourdes del Río, Luisa Guzmán Quintero, Enrique Arce Gómez, Milena Pezzi y Claudia González Menchaca son los actores encargados de mostrar las pasiones de unos niños que están dejando de serlo y todo lo que esto provoca en sus padres y en ellos mismos.
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