Lo más difícil para los seres humanos es salir de nuestra zona de confort, muchas veces no nos arriesgamos a vencer nuestros miedos o salir en busca de nuestros sueños, pero cuando alguien está decidido a lograrlo; su historia se convierte en una proeza. Como es el caso de Félix, un mensajero que se ha dedicado a entregar paquetes en todas las calles que conforman el sector que le fue asignado, a lo largo de una de las avenidas más importantes de la Ciudad de México. Sin embargo, un día normal que parecía todo estar bajo control, un paquete urgente con un destino desconocido lo obligan a emprender un viaje que le cambiará la vida.
En este unipersonal el director Ricardo Rodríguez (El niño que se comió la servilleta de su sándwich) se centra su dirección por completo en el actor. La narración de cada una de las acciones de Félix se ven acompañadas de una tarea escénica que no recrea la acción, sino acompaña los momentos profundos del personaje, logrando así resaltar el caracter personal y emotivo del guion.
El texto de DHL fue escrito por el mismo actor protagónico, Luis Eduardo Yee, y está lleno de sorpresas. Yee nos lleva a un mundo de sueños con un discurso claro, cuya complicidad alcanza a tocarnos entre risas y aventuras. DHL es un ejemplo de que para encontrarnos con nosotros mismos, sólo es necesario romper esquemas de confort.