La discusión sobre cuáles son las obras que se pueden considerar verdaderos clásicos de la dramaturgia mexicana es continua, pero lo cierto es que nuestra tradición teatral no descansa los clásicos universales, particularmente los de la época isabelina y, por supuesto, los del Siglo de Oro español. Si a eso le añadimos a los grandes autores griegos, entonces se completa la pléyade de gigantes sobre cuyos hombros se yergue nuestro teatro.
Para celebrar a esos autores fundamentales, principalmente a Shakespeare y a Cervantes, de quienes este 2016 se conmemoran 400 años, nace el Primer Festival Internacional de Teatro Clásico MX, que del 19 de septiembre al 2 de octubre busca seguir con la tradición impuesta por el Festival de Teatro Clásico de Almagro, España, y presentará diversas propuestas de creadores teatrales de México, Reino Unido y Grecia. La oferta se completa con actividades académicas, talleres, mesas redondas y, como plato fuerte, un certamen nacional en el que participan cinco compañías que mostrarán su versión a distintos clásicos del repertorio universal.
La compañía El Coro de los Otros de la CDMX presentará Romeo y Julieta de Shakespeare bajo la dirección de José Caballero; la compañía Corral de Comedias de Querétaro ofrecerá Fuenteovejuna de Lope de Vega dirigida por Ricardo Sole I Mallol; otra obra basada en Lope de Vega es La vengadora de las mujeres dirigida por Carla Soto con la compañía Delanada…Teatro; a partir del célebre texto de Calderón de la Barca, la compañía Teatro de Quimeras presenta El insomnio de Segismundo, espectáculo escrito y dirigido por Martín López Brie. Para cerrar el certamen, la compañía Proyecto Julio César pondrá en escena Julio César, la misma miseria de nuestra común incongruencia, versión y dirección de Sixto Castro Santillán. Esto sucederá del 21 al 25 de septiembre.
La apertura del Festival marca un evento relevante de nuestro teatro: la inauguración del Foro Experimental José Luis Ibañez, el primer espacio teatral profesional de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, sede del Colegio de Literatura Dramática y Teatro, instancia formadora de muchas generaciones de legendarios e importantes realizadores escénicos. El Teatro Milán, el Teatro Orientación, la Plaza de la Danza y el Teatro La Capilla son otras de las sedes para las funciones programadas.
La presencia internacional está representada por la compañía Idea Theatre Group de Grecia, que escenifica Romeo y Julieta para dos, en la cual, como el título lo indica, la tragedia será interpretada únicamente por dos jóvenes actores. De Reino Unido, la compañía Little Soldier presenta Don Quixote of la Mancha, en la cual dos actrices españolas y un actor inglés dan vida a los pasajes de la famosísima novela hispana.
Obras y espectáculos que ya han estado previamente en cartelera volverán para ser parte del festival, como la exitosa Mendoza, la versión de “Macbeth” de Los Colochos, El Príncipe Ynocente de Lope de Vega según la visión de Efe Tres y El enfermo imaginario de Moliére, a cargo de la compañía Género Menor.
La parte académica está sustentada por los talleres sobre verso, dramaturgia, actuación, y combate escénico que impartirán del 19 al 23 de septiembre creadores y teóricos como Ricardo Zárraga, José Ramón Enríquez, Miguel Ángel Canto, Miguel Ángel Barrera y Ramón Cadaval. La compañía griega Idea Theatre Group compartirá el taller La aventura entre el movimiento y el texto en el Centro Cultural Helénico, del 26 al 30 de septiembre. Otras sedes académicas son la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM y el CITRU.
Completan este rubro las obras surgidas de las aulas universitarias, como Fuck Lear de Miguel del Castillo, Un molino para Cervantes de Regina Quiñones y Love + fire de la compañía Barba Azul.
Los grandes maestros y sus nuevos relevos forman parte de una programación rica en visiones contemporáneas a esos textos antiguos que se rehúsan a envejecer y, al contrario, demuestran en cada compañía que los lleva a escena, sea en el lugar del mundo que sea, su vigencia y oportunidad, ya sea para regocijo o para profunda tristeza de quienes en ellos nos confrontamos.