Gerardo y Marta conforman uno de esos matrimonios que quieren estar mejor y anotarse más y nuevos éxitos en su vida individual y de pareja, así como en sus ocupaciones. Por eso, tras nueve años de casados, han decidido mudarse a Nerium Park, un prometedor complejo residencial del que ellos son los primeros, y tal vez los únicos, habitantes. El cumplir con los proyectos y alcanzar las metas que se trazan en pareja, no solamente es asunto de dos, parece advertir este texto del catalán Josep María Miró.
Tras el éxito del montaje de su trabajo más conocido, El principio de Arquímedes, Nerium Park llega a nuestra cartelera con dos claras garantías: la de una dramaturgia joven y sólida, con ecos de las grandes obras de Harold Pinter, así como la del equipo que la lleva a escena: Sebastián Sánchez Amunátegui dirige a Mariana Garza y Pablo Perroni, quienes como ya es costumbre, son actores y productores de sus propuestas.
Si en sus obras anteriores Aquí y ahora y Sólo quiero hacerte feliz estuvieron acompañados por un destacado reparto, ahora estarán completamente solos en escena, creando una atmósfera de thriller psicológico que perturba e inquieta ante la imposibilidad de reconocer qué es realidad y qué pertenece a lo onírico y surrealista dentro de esta ficción de Miró.
Se trata de un claro ejemplo del riesgo y arrojo que distingue a estos tres realizadores, quienes no se confían del éxito y, más bien, confían en ellos mismos. Aunque es la primera vez que Garza trabaja bajo las órdenes de Sebastián, conoce bien sus procesos y modos de trabajo. Y aunque Pablo ya fue dirigido por él en Puras cosas maravillosas, en esta ocasión se sabe ante un reto distinto. Ambos coinciden en que trabajar con Amunátegui implica siempre el vértigo de la búsqueda constante, del cambio de lugar de puntos y comas en el texto, de una inflexión distinta de la voz y el cuerpo en cada ensayo y cada función.
El director de obras como La lechuga y Mi querido capitán aprovecha para hablar una vez más sobre uno de sus temas predilectos: la familia, su hacer y deshacer. Una escena por mes, de noviembre a octubre, sus personajes tendrán 12 oportunidades para construir una nueva vida.